El nombre de Climaco Esteban Zabala Ramírez, exviceministro de la Creatividad en el Gobierno de Gustavo Petro, ha sido uno de los más mencionados en los últimos meses debido a un escándalo de falsificación de documentos. Este funcionario, que en su momento fue considerado uno de los pilares del Ministerio de Cultura, se encuentra ahora en el ojo del huracán tras ser imputado por los delitos de falsedad material en documento público y fraude procesal. La imputación se deriva de la falsificación de un título de posgrado que presentó para ocupar su cargo, lo que desató una serie de investigaciones en su contra.
Zabala, quien ocupó su puesto hasta junio de 2023, renunció en medio de la controversia. El escándalo surgió tras la revelación de que su título de magíster en Gerencia para el Desarrollo, supuestamente obtenido en la Universidad Externado de Colombia, no era auténtico. El medio Casa Macondo fue el primero en destapar la noticia, lo que llevó a una rápida respuesta de las autoridades y al inicio de las indagaciones sobre la veracidad de los títulos académicos de varios funcionarios del Gobierno Petro.
Durante las investigaciones, se descubrió que el exviceministro no solo había falseado el diploma de su maestría, sino que también había presentado una hoja de vida en la que aseguraba tener un título de pregrado en Comunicación Audiovisual. Sin embargo, las primeras sospechas surgieron cuando los documentos no mencionaban las universidades en las que había supuestamente estudiado, lo cual era un indicio claro de que algo no coincidía. Fue entonces cuando las autoridades decidieron profundizar en el caso.
La Universidad Externado de Colombia, donde Zabala había cursado parte de su maestría, fue clave en el desarrollo de la investigación. A través de un derecho de petición, la universidad aclaró que el exviceministro nunca había optado al grado de magíster. Según la institución, a pesar de que Zabala había cursado la mayoría de las materias, no había presentado la tesis necesaria para completar el proceso de graduación. Esta revelación desmintió la autenticidad de su título y sumó más pruebas en su contra.
El caso se complicó aún más cuando se descubrió que el diploma presentado por Zabala contenía un error de escritura en su propio nombre. En lugar de «Esteban», el documento lo mostraba como «Estéban», con la tilde en la «A», lo cual es una falta de rigor que refuerza las sospechas de que el título fue manipulado. Este detalle, aunque aparentemente pequeño, añadió un elemento más a las irregularidades que rodean el caso.
El exviceministro ahora enfrenta una posible condena de entre cuatro y ocho años de prisión si se demuestra su culpabilidad en los cargos de falsedad material en documento público y fraude procesal. La audiencia de acusación está programada para el 29 de abril de este año, y el desenlace de este proceso judicial podría tener repercusiones no solo en la vida de Zabala, sino también en la confianza de la ciudadanía en los procesos de selección de funcionarios públicos.
Este escándalo, que expone las vulnerabilidades en el sistema de control de los títulos académicos de los funcionarios del Gobierno, pone en evidencia la importancia de la transparencia y la integridad en la administración pública. Aunque el caso de Zabala es solo uno entre varios, su impacto es significativo, ya que involucra a un alto funcionario de un gobierno que se presentó como el líder del «cambio» y la renovación. Las consecuencias de este escándalo son aún inciertas, pero lo que es claro es que la credibilidad del Estado y sus instituciones se ve cuestionada.