Voy a bombardear Moscú: los explosivos audios filtrados de Trump contra Putin 

La diplomacia internacional, acostumbrada al lenguaje de la prudencia, acaba de recibir un nuevo sacudón. Esta vez, la tormenta se originó en los Estados Unidos, donde salieron a la luz unos audios explosivos en los que el expresidente Donald Trump, hoy nuevamente en campaña y con el reloj del 2024 marcando los compases finales, lanza amenazas directas contra dos de los líderes más poderosos del planeta: Vladimir Putin y Xi Jinping. Las palabras de Trump, recogidas durante un evento privado de recaudación de fondos, reavivan las tensiones globales y dejan entrever el tipo de liderazgo que propone para su eventual segundo mandato.

“Le dije a Putin: ‘Si entras en Ucrania, voy a bombardear Moscú’”, se escucha decir al expresidente republicano en un tono que mezcla bravuconería con cálculo político. La revelación, divulgada por CNN y corroborada por fuentes cercanas al evento, deja claro que Trump no solo buscó disuadir la invasión rusa con amenazas de fuerza extrema, sino que presume de haber sembrado una duda suficiente en la mente del mandatario ruso. “No me creyó… pero al menos un 10 % sí”, agregó Trump, como si ese margen de miedo hubiera sido un triunfo estratégico.

Las declaraciones, que parecen sacadas del libreto de la Guerra Fría, no se limitaron a Rusia. Según el mismo audio, Trump replicó la advertencia a Xi Jinping respecto a Taiwán, otro de los focos calientes del tablero geopolítico mundial. “Le dije: ‘Si tocas Taiwán, voy a bombardear Beijing’”, relató el exmandatario con tono desafiante. Y añadió, entre risas: “Pensó que estaba loco”. Esa es precisamente la imagen que Trump ha buscado proyectar en escenarios internacionales: la del líder impredecible, capaz de cualquier cosa con tal de imponer sus condiciones.

Las reacciones no se han hecho esperar. Mientras en Washington algunos analistas ven en estas declaraciones una forma temeraria de ejercer presión diplomática, otros creen que Trump está usando el lenguaje del miedo como parte de su narrativa electoral. La Casa Blanca, por ahora en manos demócratas, no ha emitido una declaración oficial, pero fuentes internas aseguran que este tipo de pronunciamientos “ponen en riesgo la estabilidad global y socavan el trabajo diplomático de años”.

En Moscú, el Kremlin se ha limitado a calificar los audios como “retórica interna de campaña”, aunque la prensa estatal rusa ha recogido las palabras de Trump con un matiz de advertencia. En Beijing, el silencio es más elocuente. Las autoridades chinas no han hecho comentarios públicos, pero el tema ha sido tendencia en redes sociales locales, con opiniones divididas entre quienes ven a Trump como un bravucón sin filtros y quienes consideran que, en efecto, representa una amenaza real.

Estas revelaciones llegan en un momento clave para Trump, quien ha consolidado su candidatura republicana con un discurso de fuerza, nacionalismo y confrontación directa. Su estrategia parece ser clara: mostrarse como el único líder capaz de “poner orden en el mundo” a través del miedo y la presión. No se trata solo de política exterior, sino de una forma de gobernar que se alimenta del caos para justificar el control.

A la luz de estos audios, la campaña de 2024 no solo se jugará en los mítines de Iowa o las convenciones de Carolina del Sur, sino también en las salas de situación de Moscú, Pekín y Bruselas. La política exterior, esa que rara vez decide elecciones en Estados Unidos, podría ser esta vez una pieza central. Porque cuando un expresidente dice sin sonrojarse que está dispuesto a bombardear Moscú o Beijing, el mundo entero escucha. Y tiembla.

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