Violencia opaca el empate en el Atanasio: disturbios tras Nacional vs. São Paulo

La noche que prometía ser una fiesta del fútbol continental en Medellín terminó teñida por la violencia y la intolerancia. En el estadio Atanasio Girardot, luego del empate sin goles entre Atlético Nacional y São Paulo por los octavos de final de la Copa Libertadores, se desató un bochornoso episodio de disturbios en la tribuna norte que empañó el espectáculo deportivo y volvió a poner en el centro del debate la seguridad en los escenarios futbolísticos del país.

Minutos después del pitazo final, cuando los jugadores ya se habían retirado del campo, la tensión entre algunos sectores de la hinchada escaló sin control. Lo que comenzó como una discusión subió rápidamente de tono: empujones, insultos y golpes entre aficionados encendieron una chispa que obligó la inmediata intervención de las autoridades. Personal de logística y miembros de la Policía ingresaron al graderío para contener la situación y evitar que el caos se propagara a otras zonas del estadio.

En medio del desorden, fue posible individualizar al presunto instigador de los enfrentamientos. Se trata de Allan Aquino de Souza, hincha del São Paulo, quien según las autoridades habría provocado los desmanes al finalizar el compromiso. “Creyó que cambiándose de camisa y escondiéndose iba a evadir a las autoridades”, afirmó el secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, Manuel Villa Mejía, a través de su cuenta de X.

La rápida acción de la Policía Metropolitana, apoyada por el circuito cerrado de cámaras de seguridad del estadio, permitió identificar, ubicar y detener al ciudadano brasileño. Aquino de Souza fue sancionado bajo la Ley 1801 del Código Nacional de Policía, recibió un comparendo y fue trasladado al Centro de Traslado por Protección (CTP), donde pasó la noche bajo custodia de las autoridades.

El incidente ha desatado una oleada de reacciones en redes sociales y entre distintos sectores de la opinión pública. Muchos se preguntan hasta cuándo el fútbol colombiano seguirá siendo rehén de la violencia en las tribunas, y si las medidas de seguridad actuales son suficientes para garantizar la integridad de los asistentes a los estadios, especialmente en partidos internacionales que atraen una atención masiva.

La Alcaldía de Medellín, por su parte, ha señalado que se reforzarán los controles de ingreso y que se hará una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad implementados en el Atanasio Girardot. “No se tolerarán actos que pongan en riesgo la convivencia y la vida de quienes asisten al fútbol en paz”, aseguró Villa Mejía.

Mientras tanto, Atlético Nacional y São Paulo se preparan para el partido de vuelta en territorio brasileño, con la sombra de este episodio aún fresca en la memoria. Lo que debía ser una noche de pasión deportiva quedó manchada por el fanatismo violento de unos pocos, recordándonos que en el fútbol —como en la vida— la verdadera victoria es la convivencia.

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