Mayo se despide, y con él llega un recordatorio vital para quienes se movilizan en Medellín y los municipios del Valle de Aburrá: no hay prima que alcance si la dejamos en manos del Tránsito. Este viernes 30 de mayo, último día hábil del mes, el pico y placa sigue vigente y su incumplimiento puede costarle caro. Por eso, antes de prender el motor y lanzarse a las calles, tenga claro si le toca quedarse quieto.
La medida aplica para vehículos particulares cuyas placas terminan en 0 y 6, al igual que para motocicletas de dos y cuatro tiempos que inicien con esos mismos dígitos. Si usted maneja taxi, la restricción le cae si su placa termina en 6. En todos los casos, ignorar esta norma puede derivar no solo en un comparendo de más de seiscientos mil pesos, sino también en la inmovilización del vehículo, lo cual implicaría un verdadero dolor de cabeza.
Las restricciones para carros y motos comienzan a las 5:00 a.m. y se extienden hasta las 8:00 p.m. Para los taxis, la norma arranca una hora más tarde, a las 6:00 a.m., pero también va hasta las 8:00 p.m. La Policía de Tránsito, los agentes reguladores y las cámaras de fotodetección estarán vigilando en Medellín, Bello, Itagüí, Sabaneta y el resto del área metropolitana para que nadie se salte la norma.
Ahora bien, como en todo régimen, existen excepciones. Podrán circular sin temor los vehículos eléctricos, híbridos o a gas natural, siempre y cuando cuenten con la licencia de tránsito actualizada. También están exentos los automotores dedicados a la atención médica personalizada o de urgencias, los que transportan órganos o tejidos para trasplantes y los que cumplen funciones humanitarias o de rescate.
Tampoco deben frenar los vehículos que transportan alimentos perecederos, los de carga pesada, los que prestan servicios públicos, los de medios de comunicación o aquellos vinculados a organismos de seguridad y defensa nacional. La idea, según lo han expresado las autoridades, es equilibrar la movilidad con las necesidades de servicio y emergencia.
La Secretaría de Movilidad ha insistido en que no se trata de una medida caprichosa, sino de una herramienta para reducir la congestión y mejorar la calidad del aire. En una ciudad donde cada mañana comienza con embotellamientos crónicos, el respeto por las normas es más que un deber: es un acto de corresponsabilidad ciudadana.
Así que, si usted quiere comenzar junio sin sobresaltos financieros, haga memoria, mire la placa, y si le toca, deje el carro quieto. La prima está cerca, pero más cerca está la multa. Porque en Medellín, quien cumple con las reglas, no solo respira mejor: también duerme tranquilo