Sor Berenice Bedoya: De campesina a senadora, la historia de una luchadora que frenó las reformas de Petro

Sor Berenice Bedoya, una figura que ha sabido sortear las adversidades de la vida con una determinación inquebrantable, es hoy una de las senadoras más influyentes del país. Su historia, marcada por una vida humilde en el campo, una lucha por la supervivencia y una transformación personal y política ejemplar, resalta especialmente en un momento crucial de la política colombiana. La semana pasada, su papel como clave en el hundimiento de la reforma laboral del gobierno de Gustavo Petro evidenció una vez más su capacidad para desafiar la corriente y tomar decisiones que, según ella, son lo mejor para la gente. Lo mismo ocurrió hace un año con la reforma a la salud, otro proyecto insignia del petrismo que, con su voto, también acabó con la posibilidad de aprobación.

Hace 25 años, Sor Berenice era una campesina en Yarumal, como muchas otras mujeres del campo colombiano. Criaba gallinas y cerdos, ordeñaba vacas, y trataba de sacar adelante a su familia. No había terminado el bachillerato, pero su determinación y sus ganas de salir adelante la impulsaron a enfrentar un destino que parecía estar marcado por la pobreza y la rutina diaria de la vida rural. Hoy, a sus 52 años, la senadora no solo es la presidenta de la ASI, uno de los partidos más antiguos del país, sino también una de las voces más respetadas del Senado de la República, cuyo voto ha sido crucial en momentos clave de la política nacional.

La historia de Sor Berenice, sin embargo, no solo está marcada por sus logros políticos. Su vida personal está llena de momentos que han puesto a prueba su fortaleza, como el diagnóstico de un tumor cerebral que hace 12 años amenazó con paralizarla. A pesar de las malas noticias de los médicos, que solo le daban un 1% de posibilidades de quedar bien, Sor Berenice decidió aferrarse a esa mínima esperanza y, contra todo pronóstico, logró salir adelante. Esta resiliencia no solo se refleja en su lucha personal, sino también en su visión política y en su capacidad para tomar decisiones difíciles que impactan el futuro de millones de colombianos.

Hace un año, cuando el Gobierno presentó la reforma a la salud, Sor Berenice Bedoya fue una de las voces más críticas. A pesar de las presiones políticas y de la cercanía con la administración de Gustavo Petro, la senadora se mantuvo firme en su posición. Para ella, la reforma no era lo que Colombia necesitaba. Recuerda con angustia las noches en vela, la preocupación por las implicaciones de esa reforma en la vida de los colombianos más vulnerables. «La reforma no me dejaba dormir», confesó en una entrevista, revelando el peso que sentía al tomar una decisión de tal magnitud. Finalmente, su intervención fue clave para archivar la reforma, no por un capricho político, sino porque consideraba que se debía hacer una nueva propuesta más equitativa e inclusiva.

Este mismo espíritu combativo lo mostró recientemente cuando la reforma laboral, otro proyecto clave del gobierno, llegó al Senado. La senadora Bedoya, junto a otros congresistas, le dio un nuevo golpe a los intereses del Gobierno. Con una mayoría en la Comisión Séptima del Senado, se archivó la reforma laboral, lo que la convirtió nuevamente en la principal artífice de una derrota legislativa que muchos consideran como un freno a las políticas de Petro. Los opositores a la reforma aplaudieron su decisión, mientras que los defensores del gobierno lamentaron la caída de un proyecto considerado vital para las promesas del presidente.

El bloque parlamentario que respaldó la ponencia negativa de la reforma laboral, compuesto por ocho votos clave, incluyó a figuras de diversos partidos como el Conservador, el Centro Democrático y, por supuesto, la ASI, bajo el liderazgo de Sor Berenice. En este contexto, su nombre sigue resonando con fuerza como la gran arquitecta de esta derrota legislativa. A pesar de las críticas, ella se mantiene firme en su creencia de que las reformas deben ser pensadas no solo para satisfacer los intereses del Gobierno, sino para garantizar la justicia social y el bienestar de todos los colombianos.

El contraste entre su vida de campesina en Yarumal y su posición actual como senadora es, en muchos aspectos, una lección de superación personal y de compromiso con las causas populares. Sor Berenice ha demostrado que la política puede ser una herramienta poderosa para cambiar la vida de las personas, pero solo si se utiliza con honestidad, humildad y un profundo sentido de responsabilidad hacia quienes más lo necesitan. No se trata de un juego de poder, sino de un servicio que, para ella, significa estar del lado de los más desfavorecidos.

Hoy, mientras algunos la ven como un obstáculo para los proyectos del Gobierno, Sor Berenice Bedoya se ve a sí misma como una defensora de los colombianos que luchan por un sistema más justo. Su historia es la de una mujer que, con esfuerzo y coraje, ha logrado transformar su vida y, al hacerlo, ha transformado también el destino de muchos. La senadora no solo se ha ganado un espacio en la política, sino que ha logrado, a través de sus decisiones, un lugar en la memoria colectiva de quienes confían en su capacidad para velar por el bien común.

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