Daniel Maldonado no imaginó que el pasado viernes santo también viviría, a su modo, una especie de calvario que terminó en un hospital de Rionegro donde fue necesario suturarle su cabeza con siete puntos, productos de un fuerte golpe que recibió ese día.
A las 12:20 de ese 2 de abril, Daniel junto a su familia se desplazaba con destino a Rionegro por la Avenida 33 en sentido occidente a oriente, por lo que tuvieron que parar en el semáforo de la glorieta de Exposiciones.
Estando allí, Daniel asegura que un grupo de tres “limpiavidrios” venezolanos se acercó al vehículo con la intención de hacer su trabajo, hecho al que el padre de Maldonado —quien iba conduciendo— se negó.
“En el carro ibamos mi papá, mi hermana de copiloto, y mi abuela y yo atrás. Como no es la primera vez que ya hemos tenido problemas con esta gente, mi papá les dijo que no le limpiaran el vidrio. Los otros dos se retiraron, pero uno de los ‘pelaos’ insistió y ya se estaba enojando. Yo obviamente al ver que el muchacho ya estaba cogiendo una actitud muy maluca, y que sobre todo estaba justo en el lado de mi hermana, me bajé inmediatamente a ‘frentearlo’”, le narró Daniel a Totus Noticias.
Maldonado cuenta que la discusión ya se estaba tornando tan fuerte que tuvo que empujar al “limpiavidrios” que estaba cerca de su hermana, a lo que él extranjero —que se había quedado solo pues sus compañeros se fueron cuando comenzó la discusión— empezó a retroceder.
“Por eso, yo me volví a montar en el carro. Pero justo en ese momento en que le dí la espalda sentí un golpe atrás en la cabeza y resulta que el ‘pelao’ me había pegado con la herramienta que ellos usan para limpiar los vidrios”.
Además, después de golpearlo, el “limpiavidrios” arremetió con golpes de su mano contra el panorámico del vehículo.
“Afortunadamente no lo quebró, pero eso sí fue la gota que rebasó el vaso. Así que mi papá y yo salimos a perseguirlo pero no lo alcanzamos. Menos mal ya mucha gente estaba pendiente de nosotros, muchos conductores de moto, de carro y de taxi ya se habían bajado a ayudarnos. Nosotros dejamos las cosas así porque ibamos con mi hermana y con mi abuela”.
Al retomar el camino, y con los niveles de adrenalina bajando, fue cuando Daniel se dio cuenta de la fuerte herida en su cabeza. “Ya luego fuimos a Rionegro, en el hospital de allá me atendieron, me cogieron siete puntos, la herida fue bastante abierta”.
Puntos recurrentes
Infortunadamente, esta sitaución que le ocurrió a Daniel —y que es ampliamente difundida en redes sociales— se ha vuelto recurrente en sectores como la Glorieta de Santa Gema (en la Avenida 80 con la calle 33), la Glorieta de don Quijote (Avenida 80 con calle 35), y en El Poblado donde ocurrió una fuerte riña registrada en video. Casi todas con el mismo factor en común: “limpiavidrios” venezolanos que actúan violentamente contra las personas o sus vehículos si estas les impiden realizar su trabajo.
Y de eso da fé Daniel. “En Santa Gema, hay un grupo de limpiavidrios venezolanos pero con esos no he tenido problemas mayores. La segunda vez fue en la 80 con la 35, y allí también un ‘pelao’ se me enojó, pero esa vez no reaccioné así. Pero esta tercer vez se me colmó la paciencia. Estamos ‘mamaos’, de verdad ya no aguantamos más. Sé que no soy el único que ha pasado por eso”.
Maldonado se considera una persona muy calmada y que nunca ha tenido problemas. “Pero obviamente con la familia y sobre todo con las pertenencias de uno y sobretodo con las experiencias anteriores, todo eso se junta y hacen que uno uno reaccione así; y más viendo uno que la integridad de la familia o que el patrimonio, en este caso el carro, está en riesgo”.
Que dicen las autoridades
Preguntado por esta situación, el secretario de seguridad José Gerardo Acevedo, señaló que “Abusivamente algunos ‘limpiavidrios’ están optando por actitudes que generan indignación y percepción de inseguridad. Ya estamos tomando acciones inicialmente con los cuadrantes de Policía que hacen presencia en estos sitios en donde se están generando esta clase de intimidaciones”.
El secretario explicó que ante casos como este, si un ciudadano es víctima de estas agresiones, lo primero que debe hacer es llamar al 123, “inmediatamente suceda el hecho para poder tomar acciones inicialmente con Policía. Y también no caer en discusiones, ni alterarse, ni tampoco entregarles dinero”.
Entre las medidas contempladas por al Secretaría de Seguridad para combatir dicho comportamiento, Acevedo contó que, aparte de los controles policíales, también se está trabajando con otras secretarías para generar un programa de acompañamiento social a los “limpiavidrios” que trabajan en los sectores que ya se tienen focalizados.
“Igual con Migración Colombia vamos a realizar unas labores de verificación de documentación para identificar si estas personas, que en su mayoría son ciudadanos venezolanos, tienen los permisos para estar en el país”, dijo Acevedo.
Por ahora Daniel sigue haciendo sus recorridos, como habitualmente los hacía antes del grave incidente que tuvo; pues algo si tiene claro —y más ahora luego de pasar por tan fuerte experiencia—: “No tenemos porque tener miedo de recorrer nuestra cuidad”.