El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, presentó ante el Congreso de la República, una ambiciosa reforma política que plantea cambios estructurales en el sistema electoral colombiano. Los pilares de la propuesta incluyen la implementación de listas cerradas, la financiación estatal de campañas y modificaciones en la elección de los miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Sorprendentemente, el proyecto no incluye la figura del transfuguismo, una de las demandas más insistentes por parte del Pacto Histórico en debates previos. En cambio, el enfoque se centra en fortalecer la estructura de los partidos políticos.
Para mantener la personería jurídica, los partidos deberán contar con una base de militantes equivalente al 0,2 % del censo electoral, lo que actualmente equivale a aproximadamente 78 mil personas. Además, deberán obtener al menos el 3 % de los votos en las elecciones en las que participen, con la novedad de que las listas serán cerradas, reduciendo así la competencia interna entre candidatos.
Otro de los cambios fundamentales es la modificación en la elección de los nueve miembros del CNE, quienes ya no serán elegidos por el Congreso. Ahora, sus integrantes serán propuestos por el Consejo de Estado, la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia, tres por cada entidad, mediante un concurso de méritos organizado por la rama judicial.
El proyecto, sin embargo, eliminó el articulado que le retiraba al CNE su facultad de investigar y sancionar administrativamente las irregularidades en la financiación de campañas electorales, manteniendo así su rol como órgano de control en este ámbito.
La reforma política promete generar debates en torno a sus implicaciones para el sistema democrático colombiano.