PSG vs. Arsenal: la Champions como redención de una historia inconclusa

Este miércoles, cuando el reloj marque las dos de la tarde en Colombia, el Parque de los Príncipes será escenario no solo de un partido, sino de un capítulo que puede reescribir la historia reciente del fútbol europeo. París Saint-Germain y Arsenal se enfrentarán en la vuelta de la semifinal de la Champions League, con una deuda pendiente entre ceja y ceja: alcanzar, por segunda vez en su historia, una final que ambos han saboreado… y perdido.

La ventaja, aunque mínima, es francesa. El 1-0 obtenido en el Emirates Stadium deja al PSG con la sensación de tener medio boleto a Wembley. Pero en esta competencia, los márgenes son siempre ilusorios. Lo sabe bien el Arsenal, que no se da por vencido y se aferra al guion que tantas veces ha ofrecido la Champions: el de la remontada improbable, el de la épica que nace cuando todo parece perdido.

Ambos clubes arrastran una historia cargada de frustraciones continentales. El PSG, respaldado por el músculo financiero qatarí, convirtió la Champions en su gran obsesión. Desde 2011, la inversión ha sido colosal y los fracasos, proporcionales. Su final en 2020, en una edición desdibujada por la pandemia, fue lo más cerca que estuvo de la gloria. La derrota ante el Bayern de Múnich en una Lisboa vacía dejó un sabor amargo, como si el sueño se hubiera diluido en una burbuja irreal.

Del otro lado, el Arsenal carga con el peso de un pasado que lo persigue. Su única final, en 2006, fue una tragedia escrita con la tinta del infortunio: expulsión temprana del arquero Lehmann, gol agónico de Belletti y lágrimas que aún mojan la memoria de los ‘Gunners’. Desde entonces, su relación con la Champions ha sido de ausencias, eliminaciones tempranas y reconstrucciones infinitas.

El duelo entre estos dos colosos no es solo una batalla de talento en el césped. Es una lucha simbólica entre dos proyectos que han querido instalarse en la élite sin lograrlo del todo. El PSG ha contado con figuras de relumbrón —de Zlatan a Messi, de Neymar a Mbappé—, pero ha carecido de cohesión en los momentos decisivos. El Arsenal, en cambio, ha construido su renacer desde la cantera, la paciencia y un fútbol que mezcla identidad y ambición bajo la batuta de Mikel Arteta.

Mbappé, en su posible última temporada con los parisinos, quiere cerrar su ciclo con la Orejona en las manos. Para él, esta Champions no solo es un trofeo, sino una forma de sellar su legado en París antes de partir, posiblemente, rumbo al Real Madrid. Del otro lado, jóvenes como Bukayo Saka, Martin Ødegaard y Declan Rice sueñan con poner al Arsenal en el olimpo europeo, algo que ni la era dorada de Arsène Wenger logró.

Hay algo de justicia poética en este enfrentamiento. Ninguno de los dos ha olvidado sus respectivas finales perdidas, ni los fantasmas que acompañan cada intento fallido. Esta semifinal es más que un paso hacia la final de Wembley: es una segunda oportunidad para sanar, para demostrar que el pasado puede ser un trampolín y no una condena.

Cuando el árbitro dé el pitazo inicial, no solo comenzará un juego. Comenzará una batalla emocional por saldar cuentas con la historia. PSG y Arsenal, tan diferentes y tan parecidos, tienen ante sí la posibilidad de cambiar su destino. Solo uno lo logrará. ¿Será suficiente la ventaja mínima de París o rugirá el viejo león de Londres en suelo francés?

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