La reforma pensional en Colombia ha dado un giro inesperado tras la sorpresiva intervención del presidente Petro en una alocución presidencial en la noche de este miércoles.
Lo que parecían ser aguas agitadas en las discusiones sobre la reforma se han convertido en un auténtico tsunami después de que Petro propusiera pasar el umbral pensional del 2.3 al 4. Este movimiento logró convencer a varios senadores liberales y de la U para que respaldaran la reforma.
Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó cuando Petro anunció su intención de solicitar a la Cámara de Representantes que los colombianos que ganen hasta cuatro salarios mínimos coticen en Colpensiones.
Esta decisión se fundamenta en la percepción de que la Cámara de Representantes ofrece un terreno más propicio para la flexibilidad en comparación con el Senado, donde Petro aparentemente ya había negociado puntos cruciales de la reforma.
Un ejemplo destacado de esta estrategia es el caso del senador de AICO, Ricardo Fuentelana, quien fue crucial para salvar la reforma. Sin embargo, la inclusión de un nuevo artículo destinado a garantizar el acceso a la pensión y a una renta básica para la población rural, redactado a mano para convencer a Fuentelana, ha generado controversia.
Fuentelana mismo ha reconocido que este artículo alteraría sustancialmente 12 artículos de la Constitución, lo que de entrada sería inconstitucional. Además, el ministro del Interior había advertido previamente que esta propuesta violaba la Constitución y carecía de un cálculo de costo fiscal.
Con estos argumentos, es probable que la propuesta de Petro enfrente una fuerte oposición en la Cámara de Representantes, lo que implicaría que la promesa hecha a Fuentelana quedaría automáticamente anulada. La incertidumbre y la controversia rodean ahora el destino de la reforma pensional en Colombia.
