Otra jugada maestra le salió mal al gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón. En un movimiento inesperado presentó ante la Asamblea Departamental, un proyecto para establecer una sobretasa en la tarifa de energía para los estratos 4, 5 y 6, con la intención de asumir funciones que corresponden al gobierno nacional en materia de seguridad. Afortunadamente, la asamblea, que parecía estar a su favor, se reveló y frenó en seco este despropósito.
El mandatario parece estar desesperado por vender o acabar con entidades importantes y queridas en la región. Las mujeres han formado un colectivo para protestar contra la fusión de la secretaría que las representaba, mientras que los gremios turísticos están descontentos por el mismo tratamiento a la secretaría que debía impulsar dicho sector.
El rechazo se mantiene firme ante la posible venta de la Casa Fiscal de Antioquia en Bogotá. Sin embargo, el gran escándalo ahora se centra en el propósito del gobernador de querer acabar con el Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia. Aunque el instituto ha tenido dificultades para cumplir con sus objetivos, su desaparición sería un golpe duro para la cultura y el patrimonio del departamento.
Además, altas fuentes del mismo uribismo han expresado su descontento por la reestructuración y otras medidas adoptadas en esta administración departamental. La gestión de Andrés Julián Rendón continúa generando controversia y oposición en varios sectores de la sociedad antioqueña.