Petro aborda la crisis del Catatumbo con conmoción interior y propone zona económica especial con Venezuela

El presidente Gustavo Petro visitó este jueves el municipio de Tibú, Norte de Santander, una de las localidades más afectadas por la crisis humanitaria que golpea la región del Catatumbo. En un contexto de creciente violencia y desplazamiento forzado, el mandatario explicó el alcance de los decretos de conmoción interior, que buscan garantizar la seguridad y estabilidad en una zona históricamente marcada por la presencia de grupos armados ilegales. Durante su intervención, Petro no solo hizo un diagnóstico de la situación, sino que también presentó propuestas para el desarrollo económico y social de la región.

En su discurso, el presidente Petro fue tajante al señalar que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) es la principal causa de la «conmoción interior» que afecta al Catatumbo. Según el mandatario, la guerrilla ha incrementado la violencia en la zona, lo que ha exacerbado la crisis humanitaria y desbordado las capacidades del Estado para garantizar la seguridad de los habitantes. Petro recordó que, a pesar de los esfuerzos de paz del gobierno actual, el ELN, junto a las disidencias de las Farc, ha intensificado sus acciones en el Catatumbo, generando un clima de violencia que ha golpeado especialmente a las comunidades rurales.

El presidente también hizo referencia al fracaso de los acuerdos alcanzados en el gobierno anterior, señalando que la administración de Iván Duque «hizo trizas la paz», lo que ha tenido consecuencias devastadoras para las regiones más afectadas por el conflicto armado. Petro argumentó que la falta de atención a las causas estructurales de la violencia en el país ha permitido que grupos como el ELN y las disidencias de las Farc sigan operando con impunidad en territorios como el Catatumbo, generando una crisis humanitaria de grandes proporciones.

En su visita a Tibú, el presidente Petro no solo habló de seguridad, sino también de los esfuerzos para mejorar la situación económica de la región. El mandatario anunció proyectos de inversión y desarrollo territorial que buscan mejorar las condiciones de vida de los habitantes del Catatumbo, una zona históricamente marginada por el Estado. Petro explicó que, a través de los decretos de conmoción interior, se busca movilizar recursos para la construcción de infraestructura, como carreteras y centros de salud, que faciliten la integración de la región al resto del país.

Una de las propuestas más llamativas de Petro durante su discurso fue la idea de establecer una «zona económica especial» en la frontera con Venezuela. Según el presidente, esta zona podría facilitar la creación de proyectos productivos que beneficien a las comunidades de la región, aprovechando su potencial agrícola y comercial. Aunque no ofreció detalles específicos sobre cómo se implementaría esta iniciativa, Petro expresó su disposición a dialogar con el gobierno de Nicolás Maduro para explorar la viabilidad de este proyecto.

La propuesta de Petro para crear una zona económica especial en la frontera no solo responde a la necesidad de fomentar el desarrollo en el Catatumbo, sino también a la realidad de una región que ha sido históricamente afectada por el contrabando, el narcotráfico y las disputas por el control territorial entre grupos armados. La creación de esta zona económica podría, en teoría, generar fuentes de empleo y mejorar las condiciones de vida de los habitantes, siempre y cuando se logre una cooperación efectiva con las autoridades venezolanas.

Sin embargo, la iniciativa ha sido recibida con cierto escepticismo, tanto dentro como fuera del país. La relación entre Colombia y Venezuela ha sido marcada por tensiones políticas y diplomáticas, lo que genera dudas sobre la viabilidad de una propuesta que depende de la cooperación entre los dos gobiernos. A pesar de las dificultades, Petro parece decidido a explorar todas las opciones posibles para atender la crisis en el Catatumbo, una región que necesita con urgencia una solución integral que combine seguridad, desarrollo económico y atención humanitaria.

En medio de la creciente violencia en el Catatumbo y las críticas de los líderes sociales de Tibú, el presidente Petro sigue insistiendo en que la única forma de superar la crisis es mediante una estrategia que combine medidas de seguridad con el compromiso de atender las causas profundas de la violencia. Sin embargo, la implementación de su propuesta de conmoción interior, sumada a la iniciativa con Venezuela, será sin duda un desafío complejo, tanto por las dificultades internas del país como por los obstáculos diplomáticos en la frontera. El futuro del Catatumbo, al igual que el de muchas otras regiones golpeadas por el conflicto, dependerá de la capacidad del gobierno para generar soluciones efectivas que vayan más allá de la militarización del territorio.

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