El proyecto del metro ligero de la 80, uno de los emprendimientos más ambiciosos de infraestructura en Medellín, se encuentra sumido en una grave incertidumbre financiera. A pesar de ser una obra clave para el futuro de la ciudad, que promete aliviar la congestión y mejorar la movilidad, su progreso está siendo amenazado por la falta de los giros necesarios por parte del Gobierno Nacional. A menos de un mes de iniciar la etapa de construcción formal, el proyecto enfrenta un déficit de casi $1 billón debido a los pagos retrasados, lo que ha generado una fuerte preocupación tanto en la administración local como en los ciudadanos.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ha tomado cartas en el asunto y ha solicitado una reunión urgente con el presidente Gustavo Petro para discutir la situación financiera del metro de la 80. En una carta formal, Gutiérrez expresó su preocupación por los giros que aún no se han realizado, a pesar de estar pactados para 2024. La falta de estos recursos pone en riesgo el desarrollo del proyecto, lo que podría demorar la ejecución de la obra y generar consecuencias negativas para la movilidad y calidad de vida de los habitantes de la ciudad.
El gerente del Metro, Tomás Elejalde, también se había manifestado previamente sobre la gravedad de la situación. Según él, la obra depende en gran medida de los giros del Gobierno Nacional para continuar con su ejecución sin contratiempos. En el convenio de cofinanciación firmado con la Nación, se había acordado que el Gobierno debía desembolsar una suma de $483.135 millones para 2024, cantidad que todavía no ha sido entregada. Este retraso pone en riesgo no solo el avance de la obra, sino también la credibilidad del proyecto y la confianza de los ciudadanos en la capacidad del Gobierno para cumplir con sus compromisos.
A comienzos de 2025, se esperaba que el proyecto tuviera un avance significativo, con el 90% de los estudios y diseños del tramo 1 listos y un 70% de los demás tramos completados. Sin embargo, con el avance general de la obra en solo un 29,3%, la falta de recursos se está convirtiendo en un obstáculo cada vez más difícil de superar. El hueco financiero de casi $1 billón está poniendo a prueba no solo la gestión local, sino también la estabilidad financiera del proyecto que ha sido anunciado como un pilar para la modernización de la ciudad.
Por si fuera poco, la situación empeora con la incertidumbre sobre los recursos para 2025, los cuales están estimados en $497.630 millones. La Nación ha manifestado que no podrá cumplir con este desembolso debido a los problemas presupuestales que enfrenta para este año. Este nuevo atraso genera un escenario aún más complejo, ya que sin el flujo de dinero adecuado, el proyecto podría sufrir más retrasos y perder el impulso necesario para completar su construcción.
A pesar de esta situación, la Alcaldía de Medellín ha cumplido con todos los desembolsos pactados en el convenio de cofinanciación firmado en noviembre de 2020. La ciudad ha mantenido su compromiso con el proyecto, aportando los recursos que le correspondían para asegurar su avance. Sin embargo, el hecho de que el Gobierno Nacional no haya cumplido con sus compromisos pone en evidencia una falta de coordinación y colaboración entre las diferentes instituciones que deberían trabajar juntas para llevar a cabo una obra de esta magnitud.
La falta de recursos para el metro de la 80 no es solo un problema financiero, sino también un tema de gestión política y de confianza. Medellín ha invertido una gran cantidad de esfuerzos y recursos en este proyecto, que es vital para el futuro de la ciudad. El metro de la 80 no solo mejorará la movilidad, sino que también contribuirá a la sostenibilidad y a la calidad de vida de los ciudadanos. La incertidumbre sobre su financiamiento, sin embargo, puede afectar el desarrollo económico y social de la región en el mediano y largo plazo.
En este contexto, la reunión solicitada por el alcalde Gutiérrez con el presidente Petro se presenta como una oportunidad clave para encontrar soluciones a los problemas financieros que enfrenta el proyecto. Es fundamental que ambas partes logren un acuerdo que permita garantizar la continuidad de la obra y la estabilidad del sistema de transporte en Medellín. La ciudad y sus habitantes esperan una respuesta clara y contundente para asegurar que el metro de la 80 no quede atrapado en el limbo administrativo y financiero, y que pueda cumplir su promesa de transformar la movilidad en la capital antioqueña.