Medellín siente más caro el mes: la inflación supera el promedio nacional y afecta el bolsillo paisa

El costo de vida en Medellín continúa su ascenso sostenido y en agosto se ubicó en 5,32%, superando el promedio nacional de 5,10%. Aunque los precios suben en todo el país, el Valle de Aburrá registra una presión inflacionaria particular, que golpea sobre todo a quienes consumen fuera de casa, pagan educación privada o dependen del transporte urbano. Así lo reveló el más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), que también alerta sobre las ciudades más caras y los sectores que más jalonan el alza de precios.

A nivel nacional, el dato de inflación anual se aleja peligrosamente de la meta del 3% establecida por el Banco de la República. Si bien la cifra es inferior al 6,12% reportado en agosto del año pasado, el leve repunte frente al 4,9% de julio enciende señales de precaución. El encarecimiento de productos y servicios básicos, aunque menos abrupto que en el periodo postpandemia, sigue siendo una carga constante para millones de colombianos, y Medellín no es la excepción.

En la capital antioqueña, los precios que más presionaron el alza fueron los de los restaurantes y hoteles, con un aumento interanual del 8,80%. Comer fuera de casa, hospedarse o incluso adquirir servicios turísticos locales es cada vez más costoso, una tendencia que se ha consolidado desde 2022. Le sigue la educación, con un incremento del 7,14%, lo cual se traduce en matrículas más altas, mensualidades más exigentes y una creciente brecha para quienes buscan acceder a formación de calidad.

Los alimentos y bebidas no alcohólicas también aportaron lo suyo, con un alza del 6,20%. Aunque menor al registro de meses anteriores, este rubro sigue afectando el presupuesto diario de los hogares, especialmente en zonas populares. A esto se suman el aumento en servicios de salud (5,72%), en los costos de la vivienda y servicios públicos (5,70%) y en el transporte (4,29%). El ciudadano promedio, pues, está sintiendo cómo cada ítem de su vida cotidiana se encarece poco a poco.

No todo subió con la misma intensidad. Algunos sectores incluso registraron bajas. Es el caso de los servicios de información y comunicación, que presentaron una variación negativa del -0,62%. También tuvieron incrementos más moderados rubros como recreación y cultura (2,43%), prendas de vestir y calzado (2,91%) y muebles y artículos para el hogar (3,50%). Aun así, estos alivios son mínimos frente al aumento generalizado en servicios básicos y alimentos.

En el panorama nacional, Medellín se ubicó entre las ciudades con mayor inflación, junto a Pereira (5,97%), Bucaramanga (5,85%) y Bogotá (5,35%). En contraste, urbes como Santa Marta (2,11%), Valledupar (3,47%) y Riohacha (3,56%) experimentaron una inflación más controlada, lo que plantea interrogantes sobre la eficiencia de políticas locales de control de precios o subsidios regionales.

Lo que sigue para Medellín —y para el país— es un escenario de vigilancia. Si bien los analistas no prevén un desbordamiento de precios como en años pasados, la persistencia de una inflación por encima del 5% enciende alertas. Las decisiones que tome el Banco de la República en materia de tasas de interés, así como la evolución del dólar y los precios internacionales de alimentos y combustibles, marcarán la pauta de lo que vendrá. Por ahora, para muchos, vivir en Medellín es cada mes más costoso.

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