Este domingo, Medellín se prepara para apagar los Alumbrados Navideños, poniendo fin a una de las tradiciones más emblemáticas de la ciudad. Las luces, que han embellecido 50 puntos estratégicos del municipio y sus cinco corregimientos, estarán disponibles hasta las 12 de la noche, ofreciendo a los ciudadanos y turistas una última oportunidad para recorrer esta experiencia mágica.
Desde el 6 de diciembre, los Alumbrados se han desplegado en lugares como los parques principales de las 16 comunas y los corregimientos de Altavista, San Antonio de Prado, San Cristóbal, Santa Elena y San Sebastián de Palmitas, generando espacios de encuentro que han fortalecido el tejido social y cultural. El nodo central, ubicado a lo largo del río Medellín, entre el puente de Guayaquil y el edificio de EPM, ha sido uno de los mayores atractivos, recreando escenas tradicionales del pesebre, como el viaje de los Reyes Magos y los campamentos del desierto.
Uno de los puntos más destacados de esta edición ha sido el espectáculo de la fuente La Vida, ubicado en el costado occidental del edificio EPM. Este show, que combina agua, luces, colores y proyecciones cada 30 minutos, ha logrado capturar la atención de miles de visitantes, convirtiéndose en un símbolo de innovación que mezcla tecnología y arte para contar historias navideñas.
EPM, la entidad organizadora, invitó a la comunidad a aprovechar este último día para disfrutar de las luces en familia y revivir las tradiciones que posicionan a Medellín como un referente mundial en celebraciones navideñas. “Queremos que este cierre sea una oportunidad para agradecer y seguir compartiendo en comunidad”, expresó Jorge Andrés Carrillo, gerente de EPM.
Más allá del brillo y los espectáculos, los Alumbrados son también el resultado del esfuerzo de cientos de artesanos y colaboradores, quienes durante meses trabajaron para materializar esta monumental obra. Esta edición ha sido un testimonio de creatividad y dedicación, transformando la ciudad en un “pesebre de luz” que no solo celebra la Navidad, sino también la capacidad de Medellín de reinventarse y sorprender al mundo.
Con el apagado de las luces, Medellín clausura una temporada que, para muchos, ha representado un respiro de alegría en medio de las dificultades. Familias, parejas y grupos de amigos han encontrado en los Alumbrados un espacio para reconectar, vivir la magia de la Navidad y llenar de esperanza el inicio de un nuevo año.
El impacto de los Alumbrados Navideños trasciende el ámbito local. Cada edición reafirma a Medellín como un destino turístico de alto nivel, atrayendo a visitantes nacionales e internacionales que vienen a admirar las luces, disfrutar de la gastronomía y conocer las tradiciones que hacen única a esta ciudad.
Este domingo, cuando las luces finalmente se apaguen, los recuerdos y emociones vividos permanecerán encendidos en el corazón de quienes las disfrutaron. Medellín, una vez más, demuestra que su verdadero brillo no está solo en las luces que adornan sus calles, sino en la calidez de su gente y en su capacidad de construir comunidad a través de sus tradiciones