La exconcejala de Medellín y excandidata a la alcaldía Distrital, María Paulina Aguinaga Lezcano, se convirtió en noticia ayer debido a su vinculación como contratista de la Empresa de Vivienda de Antioquia.
Según informó El Colombiano, Aguinaga se había posesionado el pasado 31 de mayo para cumplir un contrato de 84 millones de pesos durante siete meses, lo que equivaldría a 12 millones de pesos mensuales. En declaraciones al mismo diario, la ex candidata defendió su nombramiento, sus funciones y su idoneidad para desempeñar el cargo.
Sin embargo, su nombramiento desató un escándalo político de gran magnitud, ya que fue percibido como una afrenta al uribismo, movimiento que apoyó la elección del gobernador Andrés Julián Rendón. La controversia se intensificó debido a que Aguinaga rompió relaciones con el uribismo después de ser forzada a dejar su puesto en el concejo.
En medio del embrollo en el que se encontraba el gobernador Rendón, la renuncia de María Paulina Aguinaga fue vista como una solución para evitar una confrontación con sus aliados políticos. La decisión de Aguinaga de renunciar, apenas unos días después de su posesión, permitió al mandatario departamental sortear una crisis política con su partido.
