Las recientes lluvias han generado una mezcla de celebración y preocupación en distintas regiones de Colombia, mientras algunos celebran la llegada de las precipitaciones para llenar embalses, otros ya están sintiendo sus efectos de manera adversa.
En Medellín y el Valle de Aburrá, las estaciones del SIATA han reportado cambios significativos debido a las lluvias. Sin embargo, las autoridades están preocupadas por el aumento del consumo de agua, lo que está afectando los embalses a pesar de las precipitaciones.
En Chigorodó, fuertes lluvias han provocado inundaciones en cinco veredas, causando daños en residencias, cultivos y vías públicas, y afectando al menos a 193 familias. Ante esta situación, la administración municipal ha declarado la emergencia ambiental y ha lanzado un pedido de ayuda urgente a las autoridades departamentales.
El Ministerio del Medio Ambiente ha advertido sobre serios peligros de deslizamiento en todo el país, especialmente en Antioquia, donde 36 municipios están en alerta amarilla y 30 en alerta roja. A nivel nacional, son 601 los municipios en alerta de deslizamientos, lo que subraya la gravedad de la situación.
Ante estos desafíos climáticos, es crucial que las autoridades locales, departamentales y nacionales coordinen esfuerzos para mitigar los impactos y brindar asistencia a las comunidades afectadas. La prevención y la respuesta rápida son fundamentales para proteger la vida y los medios de subsistencia de quienes se ven afectados por los fenómenos climáticos extremos.
