En un hecho que pone en evidencia la creciente vulnerabilidad de los sistemas digitales frente a delitos cibernéticos, la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación lograron capturar en Medellín a Darwin Ibero Murillo Moreno, alias «Mil Nombres», quien presuntamente hackearon las cuentas de pensiones de adultos mayores para apropiarse de sus ahorros. Según las autoridades, el detenido sería responsable de desviar más de 1.000 millones de pesos pertenecientes a 32 pensionados, a quienes les falsificaba las cédulas y modifica las claves de acceso a los portales de fondos pensionales.
El modus operandi de Murillo, un hombre con amplios conocimientos en informática, se basaba en obtener, mediante técnicas de hackeo, información privada de las víctimas, especialmente adultos mayores que, por diversas razones, no estaban al tanto de que sus pensiones estaban siendo redirigidas. Utilizando herramientas tecnológicas sofisticadas, como correos electrónicos falsificados, direcciones IP ocultas y teléfonos celulares de difícil rastreo, el acusado lograba tomar control total de las cuentas bancarias de las víctimas. De esta manera, desviaba las mesadas pensionales a cuentas propias, utilizando incluso cédulas de identidad falsas, pero con su propio rostro para dar mayor credibilidad al fraude.
El caso comenzó a tomar forma cuando uno de los afectados, al notar que no recibía su pensión habitual, presentó la denuncia ante las autoridades en junio de 2024. Al investigar la denuncia, se descubrió que más de 95 millones de pesos fueron desviados a una cuenta bancaria que el pensionado nunca había abierto, y que se habían utilizado datos personales falsificados para acceder a su cuenta en línea. La denuncia abrió la puerta a una serie de investigaciones, que concluyeron con la captura de Murillo, quien, según las autoridades, habría estado operando desde 2021 con este esquema de fraude.
El impacto de este tipo de delitos no solo se mide en términos financieros, sino también en la vulnerabilidad de un sector de la población especialmente susceptible: los adultos mayores. Muchos de estos pensionados no tienen el conocimiento tecnológico necesario para detectar fraudes digitales, lo que los convierte en blancos fáciles para delincuentes como Murillo. La falta de educación digital y el desconocimiento sobre los riesgos en línea son factores que facilitan este tipo de crímenes, que se perpetúan en un entorno cada vez más digitalizado.
En Medellín, la captura de Murillo se ha convertido en un llamado de atención sobre la importancia de fortalecer las medidas de seguridad en los sistemas de pensiones, tanto a nivel nacional como privado. Si bien las autoridades trabajan en el esclarecimiento de otros posibles casos de fraude, es evidente que los adultos mayores necesitan protección adicional en un contexto donde el delito cibernético se ha multiplicado. Es fundamental que las entidades encargadas de la seguridad social en Colombia implementen nuevas tecnologías y procedimientos de validación más estrictos para evitar que estos robos se repitan.
La Fiscalía, por su parte, ha asegurado que se están tomando medidas para rastrear otras posibles víctimas de Murillo, quienes podrían no estar al tanto de que sus pensiones fueron desviadas. Además, las autoridades insisten en que este caso pone en evidencia la necesidad urgente de reforzar los mecanismos de denuncia y educación en ciberseguridad para los adultos mayores, quienes, en muchos casos, son reacios a denunciar fraudes por miedo o desconocimiento de los procedimientos.
El proceso judicial contra Murillo está en curso, y se espera que en las próximas semanas se presenten más detalles sobre su red de operaciones y si existen otros cómplices que colaboraron en este esquema. En cualquier caso, la captura de este delincuente es un paso importante hacia la recuperación de la confianza en los sistemas de pensiones y un recordatorio de que el crimen cibernético no sólo afecta a las grandes empresas, sino también a los sectores más vulnerables de la sociedad.
El caso de Darwin Ibero Murillo subraya la necesidad de una colaboración más estrecha entre las autoridades, las entidades de pensiones y los ciudadanos, especialmente los adultos mayores, para prevenir futuros fraudes. Es crucial que se adopten medidas de seguridad digital más rigurosas, pero también que se fomente la educación y la conciencia sobre los peligros que acechan en el mundo cibernético, donde las víctimas, en muchos casos, no son conscientes de que están siendo atacadas hasta que es demasiado tarde.