La millonada histórica que le dejó Colombia moda 2025 a Medellín con más de 60 mil asistentes

La moda, más que un despliegue estético, es un relato vivo del país que somos. Así lo demostró Medellín durante la más reciente edición de Colombia moda 2025, que por estos días convirtió a la capital antioqueña en una pasarela viva donde se cruzaron tendencias, saberes y negocios. Más de 60 mil asistentes de 50 países llegaron a la ciudad para vivir la edición número 36 del evento, consolidado como el más importante del Sistema Moda en América Latina. Lo que quedó tras su paso no fue solo una suma de cifras: fue una huella económica y simbólica que reafirma el rol de la moda como industria cultural.

Con una derrama económica de 17,7 millones de dólares, esta versión de Colombiamoda rompió récords no solo en asistencia, sino también en generación de oportunidades. Más de 650 marcas participaron en la muestra comercial, abriendo vitrinas al talento nacional y conectándolo con compradores, diseñadores y visionarios de todo el mundo. Este tejido colectivo dejó ver el músculo de una industria que se reinventa con cada edición y que ahora, más que nunca, apuesta por la sostenibilidad y la innovación.

En los pabellones de Plaza Mayor se sintió un nuevo aire: el de una Colombia que viste su historia con orgullo y proyecta su futuro a través de la moda. Empresarios de 14 regiones del país —desde los talleres de Antioquia hasta las confecciones de Valle del Cauca— trajeron su visión al escenario ferial. Pero también lo hicieron marcas y compradores de Brasil, Perú, Ecuador, México y Panamá, en un diálogo comercial que va más allá de la estética y penetra en la estructura misma del comercio internacional.

Colombiamoda fue, además, un termómetro del interés que genera el diseño colombiano en el mundo. Inexmoda reportó la presencia de 11 mil compradores —9 mil nacionales y 2 mil internacionales— procedentes de mercados estratégicos como Estados Unidos, Venezuela, Costa Rica y Puerto Rico. Este flujo comercial confirmó lo que ya se intuía: que Colombia dejó de ser un actor emergente en la moda para convertirse en un referente regional que exporta no solo prendas, sino identidad.

Pero lo más notable de esta edición no se vivió únicamente en los salones de negocios. La moda salió a caminar por Medellín, tomándose 46 locaciones urbanas con 34 pasarelas que transformaron la ciudad en un gran escenario. Desde la solemnidad de Plaza Botero hasta la fluidez de Parques del Río, la propuesta estética se hizo cuerpo, performance, acto público. La moda, entonces, se volvió gesto político, expresión barrial, arte en movimiento.

Este cruce entre ciudad y diseño evidenció la madurez de un evento que ya no se limita al ámbito ferial, sino que ocupa la ciudad como plataforma narrativa. Los desfiles de esta edición fueron también un homenaje a las memorias textiles de Colombia: tejidos indígenas, estampados afrocolombianos, bordados campesinos y siluetas urbanas dialogaron en una misma apuesta. Moda como documento vivo, como territorio simbólico en disputa.

Colombiamoda 2025 cerró con cifras que entusiasman, sí, pero sobre todo con una certeza: que Medellín sigue siendo el corazón palpitante de la moda latinoamericana. Allí, donde el diseño se encuentra con la memoria y el mercado con el arte, se construye una versión del país que no solo se exhibe: se exporta.

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