La maldición de Edwin Cardona en los partidos decisivos: ¿Le pesan los grandes retos?

En el fútbol hay talentos que iluminan la cancha con cada toque, con cada visión de juego, con cada gol que parece dibujado por un artista. Edwin Cardona es uno de esos jugadores: zurdo elegante, creativo por naturaleza, dueño de una pegada exquisita. Sin embargo, hay una sombra que parece perseguirlo cada vez que el escenario exige grandeza: la de fallar en el momento crucial. A sus 32 años, la historia del mediocampista antioqueño se debate entre destellos de genialidad y episodios oscuros que, por reiteración, ya no parecen simples accidentes del juego.

El último capítulo de esta maldición se escribió en la serie entre Atlético Nacional y Sao Paulo por los octavos de final de un torneo internacional. Cardona falló dos penales en el partido de ida, algo inédito en su carrera reciente. Y como si eso no bastara, en el partido de vuelta fue expulsado tras una segunda amarilla, dejando a su equipo en inferioridad numérica justo cuando parecía posible una remontada. Una actuación para el olvido, que volvió a poner en entredicho su capacidad de brillar en momentos decisivos.

No es la primera vez. En la Copa América de Brasil 2021, Cardona tuvo en sus pies la posibilidad de mantener con vida a la Selección Colombia en la tanda de penales contra Argentina. Pero su cobro fue detenido por Emiliano «Dibu» Martínez y Colombia quedó eliminada. Aquella imagen suya, con la mirada baja y el peso de la frustración a cuestas, permanece en la memoria del hincha como símbolo de lo que pudo ser y no fue. Una vez más, la presión pudo más que el talento.

En el plano de clubes, el episodio más recordado ocurrió en el Superclásico argentino de 2021, cuando Cardona, vistiendo la camiseta de Boca Juniors, intentó una “Panenka” en la tanda de penales ante River Plate. El arquero juvenil Leo Díaz no mordió el anzuelo y atajó el disparo sin mayores dificultades. Aunque Boca clasificó, la crítica fue feroz con el colombiano. ¿Era necesario arriesgar en una instancia así? ¿Era exceso de confianza o desconexión con el momento?

A estos fallos se suman actos de indisciplina y decisiones cuestionables que han empañado aún más su legado. En octubre de 2017, fue expulsado apenas 16 minutos después de ingresar con Boca ante Chacarita, y en 2021, tras marcar un golazo de tiro libre frente a Argentinos Juniors, volvió a ser expulsado por una dura entrada. Como si la euforia de sus momentos brillantes se transformara rápidamente en caos. Un jugador que coquetea con la genialidad, pero también con el descontrol.

Y es imposible no mencionar el episodio que trascendió lo deportivo: su gesto racista en un amistoso contra Corea del Sur en 2017, cuando estiró sus ojos frente a un rival, generando indignación internacional. Aunque pidió disculpas públicas, la mancha quedó. No solo por el acto en sí, sino porque reveló una faceta de su carácter que ya había dado señales de inmadurez emocional en otras canchas.

¿Es Edwin Cardona víctima de la presión, del entorno o de sí mismo? ¿Se trata de una carrera marcada por la mala suerte o por decisiones erráticas en los momentos en que más debía aparecer el liderazgo? La maldición no es solo la de fallar en partidos decisivos, sino la de dejar la sensación constante de que, pese a su enorme talento, nunca logró ser el jugador determinante que prometía. Cardona aún tiene fútbol en sus pies, pero el tiempo corre, y el fútbol, como la vida, rara vez ofrece muchas segundas oportunidades.

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