El fútbol, como la vida misma, está marcado por momentos de superación, sacrificio y, en ocasiones, de inmensa gloria. Cuando Juan José Arias se elevó en el área de El Campín para conectar un cabezazo que desató la euforia de los hinchas de Atlético Nacional, no solo celebraba su primer gol como profesional, sino que también celebraba una victoria personal, un triunfo frente a las dificultades que la vida le había impuesto. Aquella red que se infló en el minuto 3-1 de un contundente 5-1 sobre Fortaleza, representaba mucho más que un tanto en el marcador; era el símbolo de un camino recorrido con resiliencia y fe.
Arias, un joven defensor central que nació en Medellín y creció en Rionegro, vivió desde pequeño una vida marcada por el fútbol. Hijo de una familia apasionada por el deporte, fue su padre, Carlos Mario, quien lo inscribió en la escuela de fútbol de Nacional en Rionegro cuando apenas tenía cinco años. Allí comenzó su recorrido, que lo llevaría a recorrer distintos campos de entrenamiento en lugares como la Hostería Llanogrande y La Morelia. Desde esos primeros días, Juan José alimentó el sueño de ser parte del club verdolaga, un sueño que estaba trazado por la pasión y la dedicación que su familia le transmitió.
Fue Diego Mazo, el técnico de las divisiones menores de Nacional, quien le dio la oportunidad de ingresar a la institución en su etapa juvenil. En sus primeros años, jugaba como volante, pero fue Jaime Hoyos, en la categoría sub-13, quien lo reconvirtió como defensor central, el puesto que finalmente marcaría su destino. Este cambio de posición se convirtió en un punto de inflexión en su carrera, y con el tiempo, su evolución lo llevó a representar a la Selección Antioquia y, posteriormente, a las selecciones juveniles de Colombia, acercándolo cada vez más al sueño de llegar a la élite del fútbol colombiano.
Su llegada al primer equipo de Atlético Nacional no fue fácil, como no lo es para la mayoría de los jóvenes futbolistas. A pesar de su talento, su debut en el profesionalismo estuvo marcado por una falta de continuidad. Fue entonces cuando la paciencia y la fe en sí mismo se convirtieron en su mayor fortaleza. Juan José sabía que el camino hacia el éxito no siempre es directo, y aunque la frustración y la espera formaban parte de su día a día, nunca perdió la esperanza. La fe en Dios, el apoyo incondicional de su familia y la disciplina fueron los pilares que le ayudaron a mantenerse firme en su propósito.
El respaldo de su familia fue, sin lugar a dudas, fundamental en su proceso. Su padre Carlos Mario, su madre Carolina, su hermana Mariana y su abuela María Elsy han sido sus mayores animadores. Ellos han estado ahí en cada derrota, en cada lucha, y en cada triunfo. La importancia de este apoyo es algo que Juan José valora profundamente, pues no solo en el fútbol, sino en la vida, la familia ha sido su mayor motor para seguir adelante, incluso cuando las adversidades parecían insuperables.
El 2023 marcó un antes y un después en la carrera de Juan José Arias. Después de superar una cirugía en su tobillo derecho que lo apartó de las canchas durante varios meses, el defensor regresó con una fuerza renovada. El gol contra Fortaleza, un momento que quedará grabado en la memoria de todos los aficionados de Nacional, no fue solo una recompensa al esfuerzo físico, sino también a la resiliencia mental que mostró durante su recuperación. Aquella anotación fue la culminación de un sacrificio que, a lo largo de 34 partidos, se materializó finalmente en ese instante de gloria.
Más allá del fútbol, Juan José es un joven que valora otros aspectos de la vida. Le gusta la lectura, disfruta del tenis y el fútbol, y ha encontrado en el pádel una nueva afición. Aunque su vida gira en torno al fútbol, también sabe equilibrar su tiempo con su familia, disfrutando de actividades cotidianas como ir al cine o compartir una comida con sus seres queridos. Esta capacidad para mantenerse centrado y valorar cada momento con su familia refleja la madurez que ha adquirido a lo largo de los años, tanto dentro como fuera de la cancha.
Juan José Arias es, sin duda, un ejemplo de resiliencia y superación. Su historia es una de lucha constante, de no rendirse ante los obstáculos y de aprender a levantarse con más fuerza tras cada caída. Su primer gol en Atlético Nacional no es solo un logro deportivo, sino también un testimonio de la importancia de la fe, la disciplina y el apoyo familiar. Con una mentalidad de campeón, Arias sigue demostrando que, con sacrificio y determinación, los sueños pueden hacerse realidad, sin importar los desafíos que el camino presente.