Con la misma determinación con la que lucha cada rebote en la pintura, Jaime Echenique sigue elevando el nombre de Colombia en las grandes ligas del baloncesto internacional. Hoy, el ala-pívot barranquillero es noticia en Europa por una razón de peso: ha sido nominado al equipo ideal de la Basketball Champions League (BCL), una distinción que lo ubica entre los mejores jugadores de la temporada 2024-2025 en el viejo continente.
La postulación no es un gesto simbólico. Echenique, quien milita en el Petkim Sport de Turquía, se ganó ese lugar con estadísticas contundentes y una presencia en cancha que ha llamado la atención de técnicos, periodistas y aficionados. En una liga donde compiten jugadores de alto calibre, el colombiano logró promediar 11 puntos, 5 rebotes y 9 asistencias por partido, en poco más de 17 minutos en cancha, lo que habla de una eficiencia envidiable.
Su nombre aparece al lado de figuras como Emanuel Cate, Grant Golden o David Kravish, lo que no solo honra su temporada, sino que representa un logro histórico para el baloncesto colombiano, que aún construye su camino en los escenarios internacionales. En esta votación —abierta al público a través de la página oficial de la BCL— no solo se decide un reconocimiento individual, sino también la validación de una carrera forjada con sacrificio, constancia y talento.
A sus 27 años, Echenique representa una nueva generación de atletas colombianos que no solo sueñan en grande, sino que concretan esos sueños en ligas exigentes y profesionalizadas. Para muchos, su ascenso es el reflejo de una trayectoria que comenzó con humildad en Barranquilla, maduró en Estados Unidos —donde fue el primer colombiano en jugar en la NBA— y que ahora se consolida en Europa, uno de los epicentros del baloncesto mundial.
Raúl Pabón, técnico de la Selección Antioquia y asistente de la Selección Colombia, lo resume con precisión: “Jaime es un referente que sigue el legado de Juan Diego Tello. Es un embajador silencioso pero poderoso del baloncesto colombiano en Europa. Lo que está haciendo en Turquía abre puertas, inspira a los más jóvenes y nos obliga a seguir invirtiendo en talento local”.
Echenique no desconoce el peso de la responsabilidad. Sabe que no representa solo a un club turco, sino a una nación que lo sigue con orgullo. Su nominación al equipo ideal de la BCL no solo es una oportunidad de brillar individualmente, sino un paso más en su cruzada por posicionar a Colombia en el radar del baloncesto global.
El próximo 10 de mayo se conocerán los resultados. Pero más allá de si su nombre aparece entre los ganadores, Echenique ya ha ganado en otro terreno: el del respeto. Ese que no se otorga por moda o marketing, sino que se construye jugada tras jugada, en el silencio del esfuerzo y el estruendo del mérito.
Y como todo en el deporte, la historia no termina aquí. Porque si algo ha demostrado Jaime Echenique es que lo suyo no es la casualidad, sino la coherencia. Con cada voto, con cada partido, con cada paso, sigue escribiendo una narrativa en la que el baloncesto colombiano ya no es una promesa, sino una realidad que compite al más alto nivel.
