En medio de su mandato, el presidente Gustavo Petro ha comenzado a mirar hacia el futuro. Aunque aún le quedan años al frente de la Casa de Nariño, su discurso en el Encuentro Nacional de Ciencias, Tecnologías Cuánticas e Inteligencia Artificial reveló por primera vez sus reflexiones sobre su vida después de la Presidencia. Si bien su carrera ha estado fuertemente marcada por su liderazgo político, con su paso por el Senado y la alcaldía de Bogotá, lo que sorprendió a muchos fue su afirmación sobre un posible retiro hacia el campo de la ciencia, específicamente en el ámbito de la computación cuántica.
La política y la ciencia siempre han sido dos ámbitos complejos, pero en ocasiones interrelacionados. Durante su intervención, Petro no solo se refirió a la importancia de la inteligencia artificial (IA) en el futuro cercano, sino que también reveló su interés personal por los avances matemáticos y tecnológicos que, según él, transformarán el mundo. Fue en este contexto que, casi de forma casual, expresó su deseo de explorar los algoritmos cuánticos después de su mandato presidencial: «Cuando deje de ser presidente, les prometo que me trataré de meter en ver cómo es un algoritmo de Shor», comentó Petro, refiriéndose al algoritmo que juega un papel crucial en el campo de la criptografía y la seguridad digital.
El algoritmo de Shor es una herramienta matemática fundamental en el mundo de la computación cuántica, con el potencial de revolucionar áreas clave como la encriptación de datos. La revelación del presidente sobre su intención de profundizar en este campo sorprende, no solo por la naturaleza técnica del tema, sino también porque pocos imaginaban que un político de su talla, cuyo enfoque tradicional ha sido la lucha social y política, mostrara un interés tan marcado por la tecnología avanzada. Este anuncio plantea interrogantes sobre las futuras trayectorias que los líderes políticos podrían tomar al dejar sus cargos, y si se está visibilizando una nueva forma de política más conectada con la ciencia y la tecnología.
El hecho de que Petro se refiera a la computación cuántica no es casualidad. A lo largo de su gobierno, el mandatario ha demostrado una creciente preocupación por las implicaciones de la tecnología en la sociedad. La inteligencia artificial ha sido uno de los temas recurrentes en sus discursos, especialmente en lo que respecta a los riesgos asociados con su uso no regulado. Para Petro, la IA tiene un potencial transformador, pero también plantea amenazas significativas, especialmente en términos de manipulación de la realidad. Como lo expresó en el Foro del Sector Privado de la Cumbre del Futuro en Nueva York, la línea entre la realidad y la no realidad se difumina peligrosamente con las herramientas actuales de la inteligencia artificial.
Su postura frente a la inteligencia artificial refleja un temor profundo sobre la pérdida de referencia con la verdad. El presidente ha advertido que, con el crecimiento y perfeccionamiento de la IA, es cada vez más difícil distinguir entre lo real y lo falso, lo que aumenta el riesgo de caer en la trampa de las noticias falsas y la manipulación masiva. En su opinión, la tecnología podría poner en peligro la autonomía individual y la capacidad de las personas para discernir entre hechos y ficciones. Por ello, Petro ha planteado que debe existir una regulación estatal sobre el uso de la inteligencia artificial, con el fin de evitar estos peligros y garantizar su aplicación responsable y ética.
Además, esta intervención en el Encuentro Nacional de Ciencias y Tecnologías Cuánticas es parte de una tendencia más amplia dentro de su gobierno: un acercamiento al ámbito científico y tecnológico. Durante su administración, se ha prestado atención a la importancia de la ciencia para el desarrollo económico y social del país. Este énfasis en la tecnología, la computación cuántica y la inteligencia artificial parece marcar una diferencia con gobiernos anteriores, donde el enfoque estuvo más centrado en políticas sociales y económicas más tradicionales.
La inquietud de Petro por la computación cuántica también se puede ver como un reflejo de la globalización tecnológica. Mientras el mundo avanza hacia nuevas fronteras en la ciencia, el mandatario colombiano ha mostrado estar dispuesto a sumergirse en estos avances, aunque su carrera política lo haya alejado, en muchos sentidos, de los centros de investigación tecnológica. Su interés en el algoritmo de Shor y su promesa de incursionar en el estudio de esta tecnología tras su retiro sugieren una visión a largo plazo en la que los límites entre el mundo político y el científico no sean tan definidos.
No cabe duda de que la figura de Gustavo Petro seguirá siendo relevante en el ámbito político, pero esta incursión en el campo científico abre una nueva perspectiva sobre las posibilidades que la tecnología ofrecerá a los líderes políticos en el futuro. Si bien muchos esperan que Petro retorne a la vida académica o científica tras su mandato, lo cierto es que su influencia puede ir más allá de las fronteras tradicionales de la política. En el futuro cercano, podríamos ver a un Petro impulsando avances en la computación cuántica y la inteligencia artificial, dos campos que, sin lugar a dudas, definirán las próximas décadas del desarrollo humano y tecnológico.
En resumen, Gustavo Petro ha mostrado, con sus recientes declaraciones, que el futuro del liderazgo político podría estar cada vez más entrelazado con los avances científicos. La política, tradicionalmente vista como un campo separado de la ciencia, podría dar paso a una nueva era en la que los políticos no solo definan políticas sociales y económicas, sino también impulsen la innovación tecnológica. Así, el mandatario colombiano se presenta como un líder que, además de preocuparse por las cuestiones de su país, se ve a sí mismo inmerso en la revolución tecnológica que está tomando al mundo por sorpresa.