El Gobierno colombiano oficializó la declaración de situación de desastre en todo el país, una medida que busca enfrentar las graves consecuencias de la temporada de lluvias y el cambio climático. Mediante un decreto firmado esta semana, se extiende por 12 meses la emergencia nacional, prorrogable por otro año si el Consejo Nacional para la Gestión del Riesgo lo considera necesario. La prioridad de las acciones se centrará en zonas críticas como la alta Guajira, Chocó y Bogotá, donde se enfrenta tanto la amenaza de inundaciones como de sequía y falta de agua potable.
El director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, señaló la urgencia de esta medida en el contexto de un año marcado por temperaturas históricamente altas y variabilidad climática extrema. «Estamos en el año más caliente del que se tiene registro», expresó Carrillo, quien también advirtió que la situación es aún más preocupante porque Colombia no ha experimentado todavía la fase de «La Niña», fenómeno climático que podría intensificar los desastres naturales en los próximos meses. «Hoy enfrentamos inundaciones, pero en unos meses podríamos estar enfrentando incendios en todo el país», añadió Carrillo.
El decreto establece que la UNGRD deberá coordinar un Plan de Acción Específico que oriente las labores de rehabilitación y reconstrucción en las áreas afectadas, y este será de cumplimiento obligatorio para entidades públicas y privadas. Con esta declaración, el Gobierno espera que la movilización de recursos y la colaboración interinstitucional sean más ágiles, para atender a los damnificados y mitigar los efectos de las inclemencias climáticas en el corto y mediano plazo, en un país cada vez más vulnerable a los desastres naturales.