El exalcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, desató una polémica este lunes al compartir una serie de mensajes en sus redes sociales que han generado inquietud sobre su estado emocional. Quintero denunció que un helicóptero sobrevolaba de forma insistente su vivienda, creando una atmósfera de tensión y paranoia.
“Ocho vueltas lleva el helicóptero de la Alcaldía de Medellín dándole vueltas a mi casa”, escribió en uno de sus mensajes, generando reacciones inmediatas. No conforme con esta acusación, señaló directamente al alcalde Federico Gutiérrez, quien ha sido su rival político: “alcalde Federico Gutiérrez, aquí estoy y no le tengo miedo. Usted hizo que tuviera que sacar a mi familia de Medellín, pero no logrará sacarme a mí así me tire 10 helicópteros encima”, añadió Quintero.
Uno de los primeros en reaccionar fue el presidente de la República, Gustavo Petro. El mandatario expresó su solidaridad con Quintero y acusó a Gutiérrez de haber promovido un “acto fascista”. Petro también afirmó que en su gobierno no se persigue a la oposición, dejando entrever su postura en defensa del exalcalde.
El director de la Policía Nacional, general William Salamanca, desmintió la supuesta persecución contra el exalcalde de Medellín. “La Policía planea el servicio de seguridad, tanto aéreo como terrestre, en Medellín y lo planea con un helicóptero. La queja del doctor Daniel Quintero obedece a que él sintió que el helicóptero lo estaba siguiendo, yo hablé hoy con él para despejar esa duda. Aquí hay un plan de vuelo, hay unos horarios que se establecen en la ciudad, que los decide el propio comandante de la Policía Medellín, no participa el alcalde de Medellín”, aseguró
Por su parte, el diario El Colombiano criticó la intervención de Petro, calificándola de preocupante. En su editorial, el periódico señaló: “La manera como el presidente Gustavo Petro respaldó un absurdo video del exalcalde Daniel Quintero no debe ser visto como un disparate más del mandatario: lo ocurrido deja serias dudas sobre el estado en el que se encuentra el gobernante y, sobre todo, pone en duda su capacidad de discernir entre la realidad y la fantasía”.
