Lo que inició como una conversación serena entre el presidente de la República y un periodista amigo, en el marco de un encuentro con medios alternativos, se transformó en un monólogo de 41 minutos. El presidente Gustavo Petro decidió convertir esta intervención en una nueva alocución presidencial, en la cual lanzó duras críticas contra los medios de comunicación y advirtió sobre un presunto complot para sacarlo del poder.
Petro acusó a ciertos medios de estar al servicio de los intereses de las élites y de emplear ‘prácticas nazis’ para defender a los ricos. Según el mandatario, existe una conspiración en marcha para realizar un ‘golpe blando’ en su contra, que, según él, debería concretarse en los próximos tres meses, pues “la orden ya está dada”. Además, el presidente insinuó que su destitución podría llevarse a cabo de forma ilegal a través de investigaciones, o incluso por medio de un atentado contra su vida. En tal caso, aseguró que el plan sería que lo reemplazara el actual presidente del Senado, Efraín Cepeda.
Cepeda no tardó en responder a las declaraciones del mandatario, afirmando: “acá no jugamos con la democracia”, en clara referencia a la estabilidad del sistema político.
Petro también se refirió a su presencia en redes sociales, señalando que “Twitter está en manos de un nazi” y que teme que su cuenta pueda ser cerrada en cualquier momento.
El presidente aprovechó su discurso para hacer un llamado a los colombianos, instándolos a movilizarse y defender su gobierno. Además, envió una instrucción directa al Ejército, ordenando que no apunten sus armas contra el pueblo en medio de la creciente tensión política.
