El debate de candidatos a la Alcaldía de Apartadó, realizado este martes, encendió la discusión sobre uno de los temas más sensibles para los habitantes del municipio: la salud. Desde que en 2013 el Hospital de Apartadó fue entregado a la administración privada, la comunidad ha expresado su creciente preocupación por la calidad de los servicios y, en algunos casos, por presuntas irregularidades en la gestión. Este problema ha sido uno de los puntos más candentes del debate, especialmente porque varios de los candidatos han tenido, o tienen, vínculos directos con el manejo de la salud pública local.
Los siete candidatos a la alcaldía, que incluyen tanto a figuras políticas con experiencia como a nuevos rostros, presentaron sus propuestas sobre cómo mejorar el sistema de salud en Apartadó. Entre ellos se encontraba Luis Gonzalo Giraldo, quien fue el alcalde responsable de la liquidación del hospital público en 2013 y ahora regresa a la contienda electoral. Este hecho no pasó desapercibido, ya que muchos lo señalaron por haber iniciado un proceso que, según diversas denuncias, deterioró la calidad de atención médica en el municipio y generó un vacío en la oferta de servicios.
El debate sobre la salud se centró principalmente en dos enfoques contrapuestos. Por un lado, Giraldo defendió su gestión de la época, asegurando que la privatización del hospital era una medida necesaria para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema de salud en Apartadó. Sin embargo, sus palabras fueron recibidas con escepticismo por sus competidores, quienes cuestionaron la calidad de los servicios prestados por la entidad privada que asumió la administración del hospital, además de señalar los casos de presunta corrupción que han salido a la luz durante los últimos años.
Por otro lado, varios de los candidatos criticaron la privatización y propusieron alternativas para recuperar el control público sobre la prestación de servicios de salud. Eduardo Enrique Zambrano, del Nuevo Liberalismo, fue uno de los más enfáticos en su postura, asegurando que uno de sus principales compromisos sería la recuperación del Hospital Antonio Roldán Betancur como un ente público que garantice atención médica de calidad y sin intereses privados de por medio. Para Zambrano, la salud debe ser un derecho fundamental y no un negocio lucrativo, y aseguró que su propuesta se basaría en la mejora de la infraestructura hospitalaria y la contratación de personal médico calificado.
Raúl Galezo Montes, del Movimiento de Salvación Nacional, también se mostró crítico de la gestión de los servicios de salud en la actualidad y propuso una alianza con el gobierno departamental para fortalecer la red pública hospitalaria en el Urabá. Galezo argumentó que la descentralización de los servicios de salud y la reactivación del hospital de Apartadó como una entidad pública permitiría mejorar los tiempos de atención y reducir la saturación de las clínicas privadas que hoy operan en la región.
Mientras tanto, Luis Augusto Medina, de Dignidad y Compromiso, y Adolfo David Romero, por su parte, hicieron énfasis en la necesidad de un modelo mixto en el que la administración pública pueda supervisar y regular los servicios privados. Ambos consideraron que, si bien la privatización no ha sido del todo positiva, una alternativa sería fortalecer la gestión pública y trabajar en conjunto con los operadores privados para garantizar la cobertura y la calidad en la atención. Según Medina y Romero, se debe ser pragmático y buscar soluciones realistas que integren tanto lo público como lo privado sin que se pierdan los principios de equidad y acceso universal a la salud.
El ambiente se tensó aún más cuando se abordaron las propuestas de los candidatos en relación con la infraestructura hospitalaria. En este aspecto, los candidatos coincidieron en la necesidad de mejorar los servicios de salud en el municipio, pero no lograron ponerse de acuerdo sobre el modelo que debe prevalecer. Mientras algunos propugnaron por la recuperación total del hospital público, otros defendieron la opción de seguir con la colaboración público-privada, aunque siempre con una mayor vigilancia estatal.
Además de las propuestas concretas, la discusión sobre la salud también dejó en evidencia la desconfianza que persiste entre los habitantes de Apartadó respecto a los procesos de privatización que se han llevado a cabo en los últimos años. La liquidación del Hospital de Apartadó, la E.S.E. Antonio Roldán Betancur, sigue siendo una herida abierta para muchos, especialmente para aquellos que han experimentado de primera mano las dificultades de acceder a un sistema de salud adecuado en el municipio.
En definitiva, el tema de la salud en el debate de la Alcaldía de Apartadó no solo expuso las diferentes posturas ideológicas de los candidatos, sino que también puso en evidencia la crisis de confianza que enfrenta el sistema de salud local. Con las elecciones a la vista, los habitantes de Apartadó deberán evaluar qué propuesta representa una solución viable para mejorar la calidad de los servicios de salud, un tema crucial para el bienestar de la población de esta importante región de Antioquia.