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El Congreso de la República inició un nuevo período de sesiones ordinarias

El presidente de la República, Gustavo Petro, fue el encargado de instalar un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso de la República, y su discurso no dejó indiferente a nadie. Comenzó con una nota de mea culpa, pidiendo perdón por el escándalo de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). “Olmedo nunca fue una transacción política de ningún grupo presente o ausente”, afirmó Petro, destacando que la “corrupción en Colombia es una cuestión cultural”.

Petro abordó varios temas clave en su intervención, incluyendo la paz y la exclusión social. “Hablar de paz es más un discurso de carreta. Es un discurso sin sentido si el territorio excluido no deja de ser excluido”, expresó, subrayando la necesidad de incluir a todos los sectores de la sociedad en los procesos de paz.

El presidente también destacó los logros en el sector agrícola: “mi mayor orgullo en estos dos años ha sido ver crecer la agricultura. Gracias a ello bajó el precio de los alimentos y hemos podido eliminar el hambre y la pobreza”. Además, Petro defendió la eficiencia de su Gobierno, aunque esta afirmación provocó risas entre los presentes en el Capitolio. “Las IPS han revivido. El giro directo a clínicas y hospitales ha revitalizado la economía y por eso vamos a presentar de nuevo la reforma a la salud”, concluyó señalando el primer mandatario.

La elección de las mesas directivas del Senado y la Cámara de Representantes marca un posible derrotero político para el tercer año de gobierno de Petro. En el Senado, el conservador Efraín Cepeda Sarabia obtuvo la presidencia con 97 votos a favor, mientras que el antioqueño del Partido Liberal, John Jairo Roldán, ocupa la vicepresidencia primera con 80 votos. En la Cámara de Representantes, la contienda interna entre los verdes fue ganada por el boyacense Jaime Raúl Salamanca, quien superó a Katherine Miranda con 114 votos contra 69.

Este panorama indica que el Senado podría mantener una oposición seria e importante frente a las iniciativas gubernamentales, mientras que la Cámara se perfila como una notaría de Petro, apoyando sus planes. La influencia de la mermelada fue evidente, y el ex presidente y jefe único del Partido Liberal, César Gaviria Trujillo, se vio obligado a dejar en libertad a su bancada ante las intensas presiones provenientes de la presidencia, encabezadas por el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.

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