La construcción del Metro de la 80, uno de los proyectos de movilidad más ambiciosos de Medellín, avanza a buen ritmo, aunque no sin desafíos. Con la entrega reciente de 732 de los 1.239 predios necesarios para la obra, la ciudad ha logrado un progreso significativo. Esta es una noticia que no solo marca un avance en la infraestructura urbana, sino también en el esfuerzo de la Alcaldía por lograr una integración armoniosa entre el desarrollo de la ciudad y el bienestar de los residentes afectados.
De los 732 predios entregados, 322 corresponden a compras totales y 410 a compras parciales, donde se requiere la demolición de partes específicas de las viviendas, como antejardines, para dar paso a la obra. Este avance representa un área de 74.477 metros cuadrados, que ahora pasan a manos del contratista para la ejecución de la obra. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para completar el proceso de adquisición y reubicación de las familias que actualmente ocupan estos predios.
El trabajo sociopredial, que ha sido fundamental en este proceso, ha logrado que 81% de las ofertas de compra sean aceptadas por los propietarios, lo que equivale a 912 predios. Este éxito parcial resalta la disposición de los propietarios a participar en el proyecto, aunque también evidencia las tensiones inherentes a la reubicación de tantas familias en una ciudad donde el espacio es cada vez más limitado y los costos de vida siguen aumentando.
Una parte crucial del proceso ha sido el desembolso de más de $275.000 millones, que se destinan tanto a la compra de predios como a indemnizaciones por los valores de los avalúos de las propiedades y otros gastos asociados. Además, el Distrito ha aprobado recursos adicionales cercanos a los $60.000 millones, para garantizar que las familias reubicadas reciban un apoyo económico adecuado. Este reconocimiento económico incluye factores como lucro cesante, costos de traslado y escolaridad, lo que demuestra el compromiso de la Alcaldía por ofrecer una compensación justa a quienes se verán afectados por el proyecto.
El trabajo social y el acompañamiento técnico continúan siendo pilares fundamentales en este proceso. A lo largo de la gestión, se han creado más de 335 espacios de diálogo con la comunidad, logrando la participación de 7.167 personas. Estos espacios han permitido resolver dudas y garantizar que las inquietudes de los afectados sean atendidas, promoviendo la transparencia y la confianza en un proyecto que, aunque necesario, genera incertidumbre entre los residentes del área impactada.
El Metro de la 80, que conectará las estaciones Caribe y Aguacatala, es una obra de movilidad que cambiará por completo la forma en que los habitantes del occidente de la ciudad se trasladan. Con una duración de 32 minutos de trayecto y 14 paradas, el proyecto promete no solo mejorar la conectividad, sino también aliviar el tráfico y las presiones sobre el sistema de transporte existente. Las estaciones de Aguacatala, San Germán y Caribe serán puntos clave en la integración de este nuevo tramo con la red del metro y otros sistemas de transporte público.
Sin embargo, el proyecto también enfrenta algunos desafíos. La reubicación de tantas familias y la adquisición de predios siguen siendo una de las partes más complejas del proceso, pues involucra negociaciones, indemnizaciones y ajustes en la planificación urbana. Es cierto que la construcción de una nueva infraestructura de transporte puede transformar la ciudad, pero el proceso de adaptación para quienes deben abandonar sus hogares también debe ser tomado en cuenta con la misma seriedad.
A pesar de los desafíos, el avance en la construcción del Metro de la 80 representa un paso importante hacia una Medellín más conectada y moderna. Este proyecto es una muestra del esfuerzo constante por mejorar la movilidad y la calidad de vida de sus habitantes, pero también destaca la necesidad de equilibrar el desarrollo con el bienestar de las personas que, por diversas razones, deben adaptarse a los cambios impuestos por grandes obras de infraestructura. Con un compromiso claro por parte de la Alcaldía y el acompañamiento social adecuado, el futuro de la movilidad en Medellín está más cerca de convertirse en una realidad accesible para todos.