La discusión en torno a la reforma laboral en Colombia ha tomado un giro inesperado con la presentación de la ponencia mayoritaria en el Senado, encabezada por la senadora Angélica Lozano. Más allá de los recargos dominicales o la definición del trabajo nocturno, hay una propuesta que ha captado el centro del debate: la posibilidad de que los colombianos trabajen solo cuatro días a la semana, y descansen tres.
El planteamiento está contenido en el artículo 12 del nuevo articulado y sugiere que esta modalidad pueda ser pactada libremente entre empleador y trabajador, ampliando la jornada diaria para cumplir con el total de horas semanales. No se trataría de una reducción de tiempo laboral, sino de una redistribución que, de acuerdo con la senadora Lozano, podría mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin afectar la productividad de las empresas.
Este modelo, que ya se ensaya en algunos países de Europa y América del Norte, se abre paso en Colombia con matices propios. “Con esta ponencia, los colombianos pueden acordar con sus empleadores trabajar cuatro días y descansar tres, sin que eso implique pérdida salarial ni se considere horas extra, siempre que se mantenga el número total de horas laborales semanales”, explicó Lozano durante la presentación del texto.
Sin embargo, la idea no ha estado exenta de polémica. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio del Trabajo, ha manifestado reservas sobre esta propuesta, señalando que podría generar riesgos de sobrecarga física y mental, y que no todas las actividades económicas podrían adaptarse con facilidad a ese esquema. En especial, sectores como la manufactura, el comercio minorista y el transporte podrían enfrentar complicaciones operativas.
Otro punto incluido en la ponencia que ha llamado la atención es la definición de la jornada nocturna, que ahora se propone que inicie a las 7:00 p.m., y no a las 9:00 p.m. como está vigente hoy. Este ajuste tendría un impacto directo sobre los recargos que deben pagar los empleadores por horas nocturnas, y es uno de los puntos en los que más se diferencian las ponencias presentadas ante el Senado.
El articulado también establece restricciones para evitar abusos en la asignación de turnos dobles en un mismo día. Salvo en cargos de dirección, confianza o supervisión, se prohíbe que un trabajador cumpla dos jornadas en 24 horas. Esto busca blindar a los empleados de dinámicas laborales que atenten contra su salud y bienestar, especialmente en sectores como la vigilancia, el call center o el trabajo doméstico.
Asimismo, se introduce una figura novedosa: una jornada semestral familiar, promovida por empleadores y las Cajas de Compensación, en la que los trabajadores puedan compartir con sus familias en espacios recreativos. Esta medida, aunque simbólica, refleja el espíritu de la reforma de fomentar entornos laborales más humanos y centrados en el equilibrio entre vida y trabajo.
Con esta ponencia, el Congreso pone sobre la mesa un modelo que podría transformar profundamente la cultura laboral del país. Pero su éxito dependerá del consenso político, la viabilidad técnica y la voluntad real de empleadores y trabajadores de adaptarse al cambio. Porque más allá de las cifras y los artículos, lo que se debate es el futuro de cómo, cuándo y para qué trabajamos los colombianos.