El presidente de la República, Gustavo Petro se encuentra en medio de un enredo político y social debido al cambio de régimen de salud para el magisterio colombiano, que ha generado un creciente descontento entre los afectados. En una reunión de urgencia, el mandatario intentó controlar la situación mientras las voces de rechazo aumentan entre los posibles afectados.
Durante décadas, el régimen de salud para los maestros ha sido intocable para la mayoría de los gobiernos anteriores, quienes mostraban temor reverencial hacia cualquier modificación debido a los privilegios especiales que este otorgaba al gremio educativo.
La intención inicial del gobierno de Petro, posiblemente como agradecimiento al apoyo de Fecode durante su campaña, era introducir algunas modificaciones para mejorar el sistema existente. Sin embargo, parece que estas medidas provocaron un descontrol inesperado.
La responsabilidad de atender este caso fue entregada a Fiduprevisora, pero se ha evidenciado que la entidad no estaba preparada ni logística ni económicamente para hacer frente a los cambios propuestos. Las quejas, que ya eran numerosas, han alcanzado niveles incontrolables en los últimos quince días.
El ex ministro Alejandro Gaviria ha criticado fuertemente la gestión del gobierno, acusándolo de instrumentalizar a los maestros y convertirlos en sujetos de un experimento mal planeado y ejecutado. Además, denunció la complicidad de las organizaciones sindicales que, según él, callaron ante decisiones que ponen en riesgo la vida de muchos afiliados.
La situación en torno a la salud del magisterio colombiano se vuelve cada vez más tensa, y el gobierno de Petro enfrenta la difícil tarea de calmar las protestas y encontrar soluciones viables que satisfagan las necesidades de los maestros sin comprometer su bienestar y seguridad.