En un momento crítico para la educación superior del país, alrededor de 200.000 estudiantes enfrentan la incertidumbre de continuar sus estudios debido a un vacío financiero que afecta directamente a las universidades. La deuda asciende a 420.000 millones de pesos correspondientes a créditos educativos que el Ministerio de Educación no ha girado este año. Esta situación no solo pone en jaque la operación de las instituciones educativas, sino también el sueño de miles de jóvenes que dependen de estos recursos para avanzar en su formación académica.
La Asociación Colombiana de Universidades (Ascun) ha hecho un llamado urgente al ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, instándolo a tomar medidas inmediatas. Sin embargo, la crisis parece estancarse en un limbo administrativo. Ni el Ministerio de Educación ni el de Hacienda han asumido la responsabilidad ni presentado soluciones concretas, lo que también pone en riesgo la convocatoria del próximo semestre, agravando la preocupación de estudiantes, padres y docentes.
Mientras los afectados esperan respuestas, la situación ha generado un debate sobre la sostenibilidad del Icetex como herramienta de acceso a la educación superior. Para muchos, esta crisis evidencia la necesidad de reformas estructurales en la financiación de la educación en Colombia. En juego no solo está el futuro académico de miles de jóvenes, sino también el compromiso del país con una educación inclusiva y de calidad.