Corte antes del corte: lo que explica EPM sobre la falta de agua anticipada en el norte del Valle de Aburrá

En la noche del miércoles 8 de octubre, varias comunidades del norte del Valle de Aburrá despertaron a una realidad que no esperaban enfrentar tan pronto: la ausencia de agua potable. Aunque Empresas Públicas de Medellín (EPM) había informado que el corte programado por obras en la planta de tratamiento Manantiales iniciaría a la 1:00 p.m. del jueves 9, el suministro comenzó a fallar cerca de 17 horas antes. El desconcierto, la molestia y la incertidumbre no se hicieron esperar.

Redes sociales, chats comunitarios y llamadas a las líneas de atención de EPM comenzaron a replicar una misma queja: “Nos dejaron sin agua antes de tiempo”. La situación causó inquietud en barrios de Bello, Copacabana y sectores del norte de Medellín, donde los residentes ya se preparaban para el corte, pero no anticipaban que la suspensión comenzará desde la noche anterior. ¿Fue un error de programación, una falla técnica o algo más?

La explicación, según EPM, es tan sencilla como preocupante: el agua no se cortó por obras, sino por consumo excesivo. «Miles de personas comenzaron a almacenar agua de manera simultánea, lo que redujo la presión en las redes y vació parcialmente los tanques de reserva. Eso provocó que, en algunos puntos, el suministro se interrumpiera antes de lo previsto», señaló la empresa mediante un comunicado oficial.

Los sectores más afectados fueron aquellos ubicados en zonas altas, donde la presión del agua ya es naturalmente menor y depende en gran parte del equilibrio de los tanques reguladores. EPM explicó que, cuando hay un consumo masivo en lapsos cortos de tiempo, los sistemas no alcanzan a recuperarse, y el agua simplemente deja de llegar. La situación se agrava si no hay un control concertado sobre el uso.

Para mitigar este tipo de situaciones, la empresa hizo un llamado urgente a las comunidades: realizar la recolección de agua con responsabilidad, escalonadamente y con antelación suficiente. “El almacenamiento masivo en un mismo momento colapsa la red. Pedimos a las personas que organicen su abastecimiento con tiempo, y que no esperen hasta el último minuto”, insistió EPM.

La entidad también recordó que el agua que se almacene debe mantenerse en condiciones higiénicas adecuadas. Ollas, botellas, baldes, jarras y tanques deben estar limpios, ubicados en lugares seguros y, preferiblemente, marcados según el uso que se les dará. Esta medida busca evitar no solo el desperdicio, sino posibles afectaciones sanitarias durante los días que dure la interrupción del servicio.

Aunque las obras en la planta Manantiales aún no han comenzado, el incidente sirvió como una advertencia temprana sobre los desafíos que implican estos trabajos para el sistema de abastecimiento. EPM ha reiterado que los cortes serán sectorizados y por turnos, y que se informará con precisión en qué zonas se presentarán, con el fin de reducir el impacto.

Por ahora, la lección es clara: no todo corte se da por las manos de un operario. A veces, la suma de nuestras decisiones —individuales pero simultáneas— puede vaciar los tanques mucho antes que cualquier intervención programada. El agua, más que nunca, exige conciencia colectiva.

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