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Conmoción en Aguachica por la masacre de un pastor evangélico y su familia

La masacre del pastor evangélico Marlon Yamith Lora, su esposa Yurlay Rincón y su hija Ángela Natalia ha sacudido al municipio de Aguachica, Cesar, y ha generado un profundo rechazo a nivel nacional. El ataque se produjo en un restaurante ubicado cerca de una estación de Policía, desatando interrogantes sobre la seguridad en la zona y la capacidad de las autoridades para prevenir hechos de esta magnitud.

El presidente Gustavo Petro exigió resultados inmediatos a la Policía Nacional, mientras los habitantes de Aguachica lloran la pérdida de una familia que lideraba una congregación evangélica y era ampliamente respetada en la comunidad. A medida que avanzan las investigaciones, surgen detalles inquietantes que dibujan un panorama de confusión, crimen organizado y posibles extorsiones.

Las autoridades manejan dos hipótesis principales sobre los motivos del asesinato. La primera apunta a una confusión: los sicarios habrían buscado atacar a una mujer relacionada con un criminal abatido meses atrás, pero la habrían confundido con una familiar del pastor. La segunda hipótesis, aunque con menos peso, está relacionada con una presunta extorsión que podría haber vinculado a la familia con grupos armados ilegales que operan en la región.

Una de las líneas más inquietantes proviene de fuentes cercanas a la comunidad religiosa, quienes insisten en que el crimen tuvo relación con cobros extorsivos del Clan del Golfo. Esta hipótesis fue reforzada por el periodista judicial Jacobo Solano, quien afirmó que los sicarios siguieron al pastor desde su iglesia en el barrio Villa de Paraguay hasta el restaurante donde ocurrió el ataque. Según Solano, los videos muestran a los perpetradores usando dos motos, lo que refuerza la teoría de un asesinato premeditado y dirigido específicamente contra el pastor y su familia.

“Este crimen no fue una confusión, como sugirió la alcaldesa. Los sicarios eran de alto perfil, fríos y al servicio del Clan del Golfo. Hay evidencia de un seguimiento meticuloso desde la iglesia hasta el lugar del asesinato. El Clan mantiene operaciones activas en Aguachica y conexiones con la política local”, escribió Solano en sus redes sociales.

La falta de capturas en las primeras 24 horas del crimen ha generado frustración y temor entre los habitantes. Expertos han señalado que, en este tipo de asesinatos, los responsables suelen ser trasladados rápidamente fuera de la zona, probablemente hacia regiones como Ocaña o el sur de Bolívar, lo que complica la acción de la justicia.

Mientras tanto, organismos de derechos humanos y líderes comunitarios exigen respuestas contundentes de las autoridades. Este hecho, que pone en evidencia la vulnerabilidad frente al crimen organizado en el Cesar, deja a una comunidad sumida en el luto y la incertidumbre, clamando porque este atroz asesinato no quede en la impunidad.

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