Por: Armando Estrada Villa
El Índice de Desempeño Ambiental (EPI), elaborado por las universidades de Yale y Columbia de los Estados Unidos, es una medición sobre el estado de sostenibilidad de la mayoría de países de la tierra, que se publica con una periodicidad de dos años desde hace más de veinte años. La última publicación del Índice corresponde al año 2022 y trae el ranking que evalúa el cambio climático, la salud ambiental y la vitalidad del ecosistema de 180 países, con base en 40 indicadores de desempeño agrupados en 11 categorías, que incluyen temas como biodiversidad, calidad del aire y del agua, índice de tráfico marino, tasa de crecimiento de CO2, gestión de residuos, pérdida de cobertura arbórea y de pastizales, índice de gestión de la agricultura, cambio climático, entre otros.
En 2022, Colombia, ocupa el puesto 87 entre 180 países con una calificación de 42.40, siendo 100.00 el puntaje máximo, donde los primeros cinco son Dinamarca con 77.90 puntos, Reino Unido con 77.70, Finlandia con 76.50, Malta con 75.20 y Suecia con 72.70, principalmente por la promoción de energía limpia, la agricultura sostenible y la disminución de los gases de efecto invernadero. Los últimos cinco de la lista son Pakistán con 24.60 puntos, Bangladesh con 23.10, Vietnam con 20.10, Birmania con 19.40 e India con 18.90, fundamentalmente por la baja calidad del aire, el crecimiento del CO2, la reducción de la biodiversidad, la pérdida de cobertura arbórea, el bajo índice de gestión de la agricultura y el reducido tratamiento de aguas residuales.
En América Latina los cinco primeros son Bahamas, que ocupa el puesto 28 en el mundo con 56.20; compartiendo el puesto 36 con 53.20 puntos, están Barbados, San Vicente y Las Granadinas; luego siguen Antigua y Barbuda puesto 39 con 52.40 y Panamá puesto 47 con 50.50. Los últimos cinco son Guyana puesto 105 con 38.50 puntos, Nicaragua puesto 110 con 37.70, Uruguay puesto 113 con 37.40, Honduras puesto 121 con 36.50 y Haití puesto 173 con 26.20.
Colombia, en 2020, ocupó el puesto 50 con 52.9 puntos, siendo el segundo de América Latina, después de Chile; en tanto que en 2022 ocupó el puesto 87 con
42.40 puntos, ubicándose en el puesto 20 en América Latina; esto es, que en el planeta bajó 37 puestos y 10.5 puntos. Ahora bien, debe destacarse que estamos colocados en este puesto y tenemos esta calificación no porque lancemos a la atmósfera grandes cantidades de CO2 por combustión de hidrocarburos, sino primordialmente por la destrucción de los bosques, la selva y la vegetación.
La tala indiscriminada de la selva amazónica y la deforestación para extracción ilícita de minerales, siembra de cultivos de coca y marihuana, ampliación de tierras agrícola y ganaderas, suministro de leña para el fuego en los campos, favorecimiento de la explotación industrial de papel y muebles, provisión de tierras para la ampliación de ciudades y poblados y la construcción de carreteras, puentes, represas y minas, contribuyen significativamente a la enorme pérdida forestal, además de que tienen responsabilidad en la pérdida de biodiversidad, la disminución de la cantidad y calidad de recursos hídricos, la degradación de suelos y la contaminación de aguas.
Por eso Colombia, dados los altísimos niveles de deforestación, en materia forestal obtuvo 16 puntos sobre 100 en pérdida de cobertura arbórea. Esta es la razón para que Colombia figure entre los primeros países contaminadores por deforestación, con lo que contribuye poderosamente al calentamiento global.