Cepeda se consolida como la carta del petrismo, pero con un caudal de votos que preocupa a la Casa de Nariño

La jornada electoral de este domingo dejó más dudas que certezas en las toldas del Pacto Histórico. Aunque Iván Cepeda se impuso con claridad en la consulta interna de la coalición oficialista —al obtener el 65,13 % de los votos—, el resultado global evidenció un desgaste significativo en la base electoral del petrismo. Con apenas 2,7 millones de sufragios totales, el ejercicio democrático marcó una reducción del 51 % frente a la consulta de 2022, cuando la izquierda reunió más de 5,5 millones de votos en las urnas.

De acuerdo con los datos de la Registraduría Nacional, Cepeda alcanzó 1.533.284 votos, seguido por Carolina Corcho con 676.110 y Daniel Quintero, quien pese a retirarse tardíamente de la contienda, obtuvo 144.677. Sin embargo, el hecho de que más de 385.000 ciudadanos depositaran su voto sin marcar o con doble elección —anulando así su sufragio— encendió las alarmas dentro del movimiento. Esa cifra, equivalente al 14 % del total de papeletas, fue interpretada por analistas como un reflejo del descontento o la apatía de parte de la base progresista.

El contraste con la euforia que acompañó al Pacto Histórico en 2022 no podría ser más marcado. En aquella ocasión, la consulta del bloque de izquierda sirvió como antesala a la victoria de Gustavo Petro en la presidencia, movilizando millones de electores y consolidando un movimiento en expansión. Tres años después, el panorama parece distinto: la participación apenas alcanzó el 6,8 % del censo electoral, y los votos válidos representaron solo el 5,89 %. Una cifra modesta para una fuerza política que hoy ostenta el poder.

Fuentes cercanas al Palacio de Nariño confirmaron a El Colombiano que el presidente Petro esperaba un respaldo más contundente. “Mínimo por encima de los tres millones de votos”, comentó una alta funcionaria bajo reserva. Incluso, figuras del petrismo como Gustavo Bolívar habían planteado hace meses la meta de alcanzar los cinco millones. En ese contexto, aunque el resultado legitima a Cepeda como el heredero natural dentro del Pacto, también expone la magnitud del reto que tendrá el oficialismo para mantener la cohesión y recuperar la confianza de sus votantes.

En términos políticos, el triunfo de Iván Cepeda refuerza la línea más ideológica y militante del petrismo. Su trayectoria como defensor de derechos humanos, opositor férreo del uribismo y figura de peso en el Congreso lo proyecta como un candidato de continuidad. No obstante, su perfil, más cercano al activismo que al pragmatismo electoral, plantea interrogantes sobre su capacidad para ampliar el espectro de apoyo más allá de los círculos convencidos.

El propio Cepeda, en su discurso tras conocer los resultados, reconoció la responsabilidad que implica encabezar el proyecto político del Gobierno de cara al 2026. Llamó a la “unidad de las fuerzas transformadoras” y a “profundizar las reformas sociales” impulsadas por Petro, en un intento por reavivar la mística que llevó a la izquierda al poder. Sin embargo, el bajo nivel de participación sugiere que el mensaje no logró movilizar con la misma fuerza de antaño.

La jornada, además, estuvo marcada por contrastes: mientras en algunas mesas la asistencia fue escasa, en otras se reportaron incidentes de orden público y demoras logísticas. Pese a ello, la Registraduría destacó la normalidad del proceso y la rapidez del escrutinio, que al cierre de la noche ya registraba el 99,04 % de las mesas contabilizadas. En los círculos del Pacto, el balance fue de prudente optimismo, aunque con matices: “Ganamos con claridad, pero el reto apenas comienza”, comentó un dirigente de la coalición.

De cara al futuro inmediato, la atención se centra ahora en cómo se reconfiguran el tablero político del oficialismo. Con Cepeda como candidato prácticamente definido, el desafío será traducir esa victoria interna en un impulso electoral nacional. El petrismo deberá superar la apatía, recuperar la movilización popular y demostrar que el proyecto de cambio sigue vigente. De lo contrario, la consulta de este domingo podría pasar a la historia no como un punto de partida, sino como la primera señal de un declive prematuro.

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