Por fin llegó el día. Este 6 de octubre marca el inicio oficial de la operación masiva de Bre-B, el sistema de pagos instantáneos desarrollado por el Banco de la República. Con más de 82 millones de llaves registradas por 32 millones de usuarios, esta herramienta entra en su fase más ambiciosa: permitir que cualquier persona pueda enviar y recibir dinero en segundos, sin importar el banco, la hora ni el día. Se trata de un paso histórico para el sistema financiero colombiano, que busca dejar atrás la era del efectivo y dar el salto definitivo a la digitalización del dinero.
Desde hoy, los colombianos verán cómo en las aplicaciones y páginas web de sus bancos aparece un nuevo botón: “Zona Bre-B”. Detrás de este nombre corto y sonoro, se esconde una tecnología de interoperabilidad que fue probada durante meses con 227 entidades financieras del país. Ahora, todos los bancos están habilitados para operar bajo esta nueva infraestructura. Es un cambio profundo, pero sencillo de usar: solo se necesita una llave —que puede ser el número de celular, cédula, correo electrónico o un código personalizado— para hacer transferencias de inmediato.
El sistema no es completamente nuevo. Desde el 14 de julio, las personas podían crear y asociar sus llaves a sus cuentas bancarias. Esta etapa piloto permitió afinar el engranaje de un ecosistema complejo en el que interactúan cinco plataformas de pago inmediato. Con el respaldo del banco central, se realizaron pruebas técnicas de interoperabilidad que hoy permiten afirmar que Bre-B está listo para ser usado por todos, sin restricciones horarias ni de entidad.
Lo realmente innovador es la inmediatez. En un país donde aún predomina el uso de efectivo, este avance promete reducir de forma significativa el número de transacciones en billetes y monedas. Ahora se podrá pagar una empanada, dividir una cuenta entre amigos o hacer una transferencia empresarial en cuestión de segundos. Y todo, sin necesidad de conocer el número de cuenta del destinatario: basta con una llave, fácil de recordar.
Los datos muestran el apetito por esta nueva forma de pagar: más de 82,3 millones de llaves han sido registradas por 32,3 millones de personas naturales y jurídicas. Esto significa que en promedio, cada usuario ha creado al menos dos llaves, lo que demuestra no sólo interés, sino un proceso activo de familiarización con la herramienta. Es una cifra que deja claro que Bre-B no es una promesa futura, sino una realidad ya en marcha.
Además de ser una solución para usuarios individuales, Bre-B también representa una oportunidad para los comercios, especialmente los pequeños negocios, que hasta ahora dependían de costosos datáfonos o transferencias lentas. Con esta plataforma, podrán recibir pagos al instante y sin intermediarios, lo que mejora el flujo de caja y reduce costos operativos. La inclusión financiera, tantas veces mencionada en discursos, encuentra aquí una vía concreta para materializarse.
Este cambio no solo impacta al ciudadano de a pie: también exige una transformación en los bancos y las fintech. Con Bre-B, el rol de las entidades financieras se configura, ya que el foco pasa a estar en la experiencia del usuario, la facilidad de uso y la seguridad de las transacciones. Las entidades que no se adapten rápidamente podrían quedar rezagadas en un ecosistema cada vez más competitivo.
Así, con una combinación de tecnología, regulación y adopción ciudadana, Colombia da un salto hacia adelante. Bre-B no es solo un nuevo botón en la app del banco: es el símbolo de una transformación profunda, que promete hacer del dinero algo verdaderamente digital, accesible e instantáneo. Como dijo el propio Banco de la República: esto apenas comienza.