Con la puntualidad de un reloj paisa y el rigor de las medidas que han marcado la movilidad del Valle de Aburrá, la Alcaldía de Medellín y el Área Metropolitana anunciaron este miércoles la nueva rotación del pico y placa que regirá durante el segundo semestre de 2025. A partir del lunes 4 de agosto, la ciudad y los diez municipios que la rodean entrarán en una nueva etapa de regulación vehicular que, aunque mantiene sus lineamientos generales, se refresca con una rotación que pretende aliviar la congestión que diariamente ahoga las arterias urbanas.
Como es ya tradición administrativa, el inicio del nuevo esquema tendrá una semana pedagógica entre el 4 y el 8 de agosto, tiempo en el que no se impondrán sanciones económicas pero sí se realizarán charlas educativas. Esta fase busca que los conductores se familiaricen con los nuevos dígitos asignados, antes de que las multas comiencen a aplicarse desde el lunes 11. En ese momento, el olvido o el descuido se pagará con una sanción de $604.100, cifra establecida con base en la Unidad de Valor Básico (UVB), que desde 2024 rige como referencia para las multas de tránsito en el país.
La nueva rotación quedó distribuida así: los lunes no podrán circular los vehículos cuyas placas terminen en 6 y 9; los martes, 5 y 7; los miércoles, 1 y 8; los jueves, 0 y 2; y los viernes, 3 y 4. Esta medida cobija tanto a los carros particulares como a las motos de dos y cuatro tiempos. En todos los casos, la restricción se mantiene en jornada continua, de 5:00 a.m. a 8:00 p.m., sin pausas y con plena cobertura en los once municipios del Valle de Aburrá.
El anuncio ha sido recibido con la mezcla habitual de resignación, molestia y comprensión ciudadana. Para muchos, el pico y placa representa un sacrificio necesario frente a una movilidad que se complica cada día más, mientras que otros cuestionan su efectividad frente a la expansión del parque automotor y la falta de soluciones estructurales. Lo cierto es que, al menos por ahora, esta sigue siendo la principal herramienta para regular la circulación y mitigar los impactos ambientales del tráfico.
Las autoridades han reiterado que las excepciones a la medida se mantienen en los mismos términos de semestres anteriores. Es decir, estarán exentos los vehículos eléctricos, híbridos, aquellos destinados a personas con movilidad reducida y los que prestan servicios esenciales o de emergencia. Así mismo, quienes por razones laborales o médicas requieran circular durante los días restringidos podrán gestionar los permisos especiales ante la Secretaría de Movilidad, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos.
No menos importante es el componente pedagógico de la estrategia, pues la Alcaldía insiste en que más allá de sancionar, lo que se busca es generar conciencia. El tránsito en Medellín no solo es un problema técnico, sino también cultural. Por ello, la semana inicial sin fines de lucro busca invitar a los ciudadanos a reflexionar sobre su papel en la movilidad urbana y el impacto de sus decisiones cotidianas.
En resumen, Medellín se alista para enfrentar un nuevo semestre de regulación vial con el mismo instrumento que, año tras año, divide opiniones pero que, a falta de alternativas inmediatas, sigue siendo el más recurrido. Mientras se construyen soluciones más profundas, la ciudad deberá moverse al ritmo de los dígitos, con el reloj marcando las horas del civismo y la convivencia en el asfalto.