En un movimiento sin precedentes en la historia del departamento, la Gobernación de Antioquia anunció este jueves la consolidación de un ambicioso sistema de videovigilancia que, por primera vez, interconecta a los 125 municipios en una única red de seguridad. Con el respaldo de tecnología israelí y más de 3.700 cámaras operativas, la Secretaría de Seguridad logró establecer un centro de monitoreo capaz de observar, coordinar y anticipar posibles amenazas en tiempo real desde cualquier rincón del territorio antioqueño.
La puesta en marcha de este sistema marca un antes y un después en la capacidad de respuesta del Estado frente al crimen, los desastres naturales y otras situaciones críticas. El proyecto, que se articuló desde el Nodo de Seguridad de Antioquia, hace parte de una estrategia de largo aliento para fortalecer la infraestructura tecnológica del departamento y apoyar a la Fuerza Pública y organismos de socorro en su labor diaria.
En tan solo dos años, Antioquia pasó de tener una red fragmentada con solo 210 cámaras en 44 municipios, a consolidar un sistema que ya supera las 3.762 cámaras activas en la totalidad del departamento. A esta red pública se le han comenzado a incorporar 576 cámaras de propietarios privados —comercios, conjuntos residenciales y empresas— con el objetivo de tejer una malla de seguridad cada vez más amplia, participativa y eficaz.
La inversión inicial para lograr este salto tecnológico asciende a $60.000 millones, según lo confirmó el gobernador Andrés Julián Rendón. Una cifra que, más que un gasto, representa una apuesta estratégica para dotar a las autoridades de herramientas modernas y disuasivas en su lucha contra el crimen. “Ahora podemos centralizar la visual y comandar reacciones desde un solo punto, incluso en municipios que no tenían ninguna cámara. Hoy cubrimos los 125 con más de 4.000 dispositivos y seguiremos creciendo”, indicó el mandatario.
Pero el avance no se limita al número de cámaras. La verdadera revolución está en el software que las acompaña. Basado en analítica predictiva, este sistema permite no solo observar lo que ocurre, sino anticiparse a comportamientos sospechosos, rastrear patrones criminales y generar alertas tempranas que faciliten la intervención oportuna de la Policía, el Ejército o los equipos de emergencia. Es una nueva dimensión de vigilancia preventiva.
El plan contempla que, en la próxima fase, se vinculen de manera voluntaria más cámaras privadas mediante un modelo colaborativo financiado en parte por la Tasa de Seguridad. De esta manera, negocios y hogares que lo deseen podrán integrarse al sistema, ampliando el campo visual de la red y fortaleciendo la corresponsabilidad ciudadana en materia de seguridad.
Este modelo —comparable con experiencias avanzadas en ciudades como Tel Aviv o Medellín— pone a Antioquia a la vanguardia en el uso de tecnología para la gestión del riesgo y el control del delito. Además, sienta un precedente para otros departamentos del país que enfrentan desafíos similares, especialmente en zonas rurales o de difícil acceso, donde la presencia estatal ha sido históricamente débil.
Con la mirada puesta en un sistema aún más robusto e inteligente, las autoridades antioqueñas confían en que esta red de vigilancia no solo sirva para combatir la delincuencia, sino también para prevenir tragedias, proteger vidas y brindar mayor tranquilidad a los ciudadanos. En un país donde la seguridad suele ir detrás del delito, Antioquia da un paso adelante para anticiparse, vigilar y actuar.