La Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) emitió una contundente orden de suspensión para las obras en Puerto Antioquia tras detectar graves irregularidades ambientales. La medida, que deja en evidencia el incumplimiento de las normativas por parte del proyecto, pone el foco sobre una construcción realizada en el predio «Capitán Quintero», fuera de las áreas autorizadas, y de propiedad de Andrés Bustos y Óscar Isaza. El desarrollo descontrolado y su impacto en la región generaron esta intervención preventiva.
En su declaración, la ANLA afirmó que la decisión busca evaluar los posibles daños ambientales en una zona de alta sensibilidad ecológica. Sin embargo, esta medida se queda corta frente a un problema más profundo: la falta de compromiso de algunos megaproyectos con el entorno natural y las comunidades que dependen de él. Mientras las grandes inversiones avanzan a toda marcha, el medio ambiente parece ser relegado a un segundo plano, evidenciando un sistema de vigilancia que, aunque reactivo, llega tarde al daño ya hecho.
Puerto Antioquia, por su parte, intentó restar peso al incidente asegurando que atenderá el requerimiento de la ANLA y que las obras «exentas» continuarán. La compañía destacó que las medidas preventivas solo afectan el puente, el muelle embarcadero de personal y la zona de lanzamiento de pilotes en el río León. Sin embargo, este mensaje parece más un acto de control de daños que un verdadero reconocimiento de las faltas cometidas. ¿Es esto suficiente para asegurar que no haya más irregularidades en otros frentes de trabajo?
La situación plantea preguntas urgentes sobre el modelo de desarrollo que impulsa el país y el costo ambiental de proyectos como Puerto Antioquia. Mientras el megaproyecto implementa «ajustes logísticos» para garantizar la continuidad de las obras, las comunidades y ecosistemas de la zona esperan respuestas reales y no solo medidas paliativas. ¿Qué tan lejos estamos dispuestos a llegar para equilibrar el progreso económico con la protección de nuestro entorno? La respuesta sigue pendiente.