Con un 60% de probabilidad de desarrollo entre junio y agosto, el fenómeno de La Niña se cierne sobre el país, generando preocupación por posibles inundaciones, deslizamientos de tierra y escasez de alimentos.
Ghisliane Echeverry, directora del Ideam, advirtió que esta vez la transición desde El Niño será particularmente rápida, aumentando la posibilidad de eventos climáticos extremos.
El Fenómeno de La Niña ha estado asociado, en años anteriores, a colapsos en sistemas de acueducto, deslizamientos de tierra y la pérdida masiva de cultivos, por ello, las autoridades meteorológicas y ambientales han instado a la población y a los gobiernos locales a tomar medidas preventivas.
Esto incluye fortalecer los sistemas de alerta temprana, garantizar la infraestructura de drenaje adecuada para evitar inundaciones, así como implementar programas de seguridad alimentaria para mitigar el posible desabastecimiento.
El llamado es urgente, pues el fenómeno de La Niña podría coincidir con la temporada de ciclones y la segunda temporada de lluvias, lo que aumentaría la probabilidad de eventos climáticos extremos y momentos de lluvias intensas.
Ante esta situación, la cooperación entre entidades gubernamentales, organismos de socorro y la sociedad civil se vuelve crucial para enfrentar los desafíos que La Niña podría traer consigo.