La fiscal que no titubea: Luz Adriana Camargo entrega claves del atentado contra Miguel Uribe Turbay

Con voz firme y sin espacio para ambigüedades, la fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo, presentó este jueves un balance detallado sobre el atentado que sacudió al país y dejó al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay gravemente herido. Desde el búnker de la Fiscalía, la jefa del ente acusador puso sobre la mesa avances concretos en la investigación y dejó claro que ni la edad del autor material ni la conmoción política del hecho serán excusas para que la justicia se diluya en incertidumbres.

Uno de los anuncios más relevantes fue la captura de Carlos Eduardo Mora González, quien, según la fiscalía, cumplió un papel clave en la logística del atentado. De acuerdo con las pruebas recopiladas hasta ahora, Mora habría realizado un reconocimiento previo del lugar el viernes 6 de junio y, al día siguiente, acompañó al presunto sicario —un adolescente de apenas 14 años— en el vehículo donde se le entregó el arma y la ropa para camuflarse. Mora fue enviado a prisión preventiva por su participación activa en lo que la Fiscalía describe como “una operación planificada con precisión criminal”.

El tono de Camargo no fue meramente técnico. Fue también político. Respondió con elegancia y firmeza a los señalamientos velados que desde el Gobierno —y particularmente desde el presidente Gustavo Petro— han cuestionado la narrativa oficial del atentado. “La Fiscalía actúa con autonomía y con base en evidencia. Este caso no será instrumentalizado ni para proteger intereses personales ni para alimentar teorías de complot sin fundamento”, señaló Camargo, en una frase que muchos interpretaron como una clara alusión al Ejecutivo.

Mientras el país intenta asimilar el impacto de un atentado que pone en jaque la seguridad de sus líderes políticos, Camargo recordó que, más allá del escándalo, hay un proceso judicial en marcha y una institución que se mantiene en pie para garantizar verdad y justicia. “La edad del presunto autor no lo exime de responsabilidad. Nuestra labor es proteger a la sociedad sin perder de vista la dimensión humana del caso”, añadió, en una declaración que da pistas sobre cómo se maneja judicialmente la participación del menor.

La fiscal también dejó entrever que se vienen nuevas imputaciones. Según fuentes cercanas a la investigación, ya se tiene identificada una red logística que va más allá de Mora y el menor. La Fiscalía estaría preparando un paquete de cargos por tentativa de homicidio agravado, concierto para delinquir y porte ilegal de armas. Un rompecabezas criminal que, poco a poco, empieza a revelar sus piezas, y que deja claro que lo ocurrido no fue obra del azar ni de un actor solitario.

En medio de este escenario, la figura de Luz Adriana Camargo empieza a cobrar un protagonismo que trasciende el caso. En un país acostumbrado a fiscales que titubean ante el poder, su voz serena y su voluntad de no dejarse arrastrar por la marea política la convierten en una pieza clave del momento institucional que vive Colombia. Sus declaraciones no solo informan: trazan una línea de contención frente al ruido mediático y los discursos incendiarios.

Así, mientras Miguel Uribe Turbay se recupera en la Clínica Santa Fe y el país intenta entender la magnitud de lo ocurrido, Camargo sostiene el timón de una Fiscalía que, por ahora, parece tener claro su rumbo. En la escena del crimen político, donde la verdad suele ser la primera víctima, su palabra —seca, sin adornos— empieza a pesar como pocas.

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