El incremento de las tarifas de gas natural en varias ciudades del país ha tomado por sorpresa a los consumidores, quienes verán un golpe considerable en sus facturas a partir de febrero de 2025. En Medellín, el aumento alcanzará un 21%, mientras que en otras ciudades como Bogotá, la alza será aún más pronunciada, con un 36%. Este ajuste en los precios se produce en un contexto de creciente preocupación por la sostenibilidad económica de los hogares, quienes ya luchan con el encarecimiento de otros servicios básicos y productos de primera necesidad.
El aumento de las tarifas de gas natural obedece principalmente al alza en los costos del suministro y el transporte de este recurso, los cuales, según explican las autoridades, representan más del 96% del ajuste aplicado. A pesar de que la empresa Naturgas había advertido sobre posibles incrementos entre el 20% y el 35%, la realidad ha superado las expectativas, afectando de manera considerable a los usuarios, especialmente a aquellos de estratos medios y bajos, que se ven obligados a asumir este nuevo golpe al bolsillo.
Las razones detrás de este encarecimiento son diversas, pero una de las principales tiene que ver con la contingencia en el suministro de gas natural en el país. El gas que compran las comercializadoras en boca de pozo ha aumentado su costo debido a factores como la escasez en algunos campos productores y los problemas logísticos derivados de la crisis energética global. Además, el impuesto de transporte, que se liquida trimestralmente, también ha tenido un impacto directo en el precio final para los usuarios.
Para los hogares de estrato 3, el aumento es significativo. Un usuario que consume 20 metros cúbicos de gas al mes en la capital colombiana, por ejemplo, deberá enfrentar un incremento de alrededor de $20.000 en su factura mensual. En Medellín, aunque el aumento es menor, los usuarios aún verán un ajuste de unos $10.000 adicionales en su costo mensual. Estos incrementos, aunque aparentemente pequeños, pueden representar una carga adicional considerable para muchas familias que ya enfrentan dificultades económicas.
El impacto no solo afecta a los usuarios residenciales. Las tarifas de gas para los sectores comerciales e industriales también experimentarán alzas significativas, lo que podría traducirse en un incremento en los precios de productos y servicios que dependen del gas natural para su producción o funcionamiento. Este aumento en los costos operativos podría generar un efecto dominó sobre la inflación, afectando aún más a la clase media y baja de la población.
A partir de este febrero, los consumidores deberán ajustarse a un nuevo escenario económico, donde el gas natural, un servicio indispensable en muchas casas y comercios, se convierte en un artículo cada vez más caro. Aunque se espera que el mercado de energía se estabilice en los próximos meses, las familias colombianas deberán hacer frente a este desafío con un presupuesto aún más ajustado, mientras que las autoridades deberán buscar soluciones a largo plazo que aseguren la sostenibilidad del suministro sin continuar trasladando estos costos a los usuarios.
