La Selección Colombia de Néstor Lorenzo sigue haciendo respetar la casa. Cuando hay que jugar, lo hace. Cuando hay que luchar, también tiene con qué. Y así, otro gigante cayó en Barranquilla. Otra vez, el equipo, como lo hizo en 1987 en Buenos Aires y en 1989 en este mismo estadio, venció a un campeón del mundo vigente, una Argentina que lo exigió bastante. Fue un merecido 2-1 para mantener el invicto en la eliminatoria para el Mundial de Norteamérica 2026.
No se trataba de una revancha total, ya que la herida de perder la final de la Copa América solo se cierra ganando ese título, pero Colombia tenía una cuenta pendiente. Además, habían pasado casi 17 años desde la última vez que derrotaron a Argentina en una eliminatoria. Fue un partido donde Colombia sufrió, con momentos de tensión, y casi permitió que Argentina se adelantara por un error compartido entre Yerson Mosquera y Camilo Vargas. También hubo polémica por un penalti reclamado por los argentinos, aunque nunca existió contacto entre Vargas y Julián Álvarez.
Lo positivo de esta Colombia es que ha encontrado una fórmula para salir adelante: cuando el juego se complica, las jugadas preparadas dan resultados. En esta ocasión, un centro preciso de James Rodríguez, tras una breve combinación con Jhon Arias, permitió que Yerson Mosquera rematara de cabeza y rompiera el cero, llevando al equipo y a la afición a la euforia.
Sin embargo, el segundo tiempo no comenzó de la mejor manera. Un mal pase de James y la lentitud de Mosquera en reaccionar permitieron que Nico González se anticipara y, con precisión, empatara el partido tras un mano a mano con Vargas. Pero Colombia no se desmoronó.
El 2-1 llegó en medio de la controversia, con un penalti discutido pero justificado tras revisión del VAR. Otamendi impactó en el tobillo de Daniel Muñoz, y James, con su experiencia, no falló desde los 11 metros. Fue una victoria luchada, pero merecida, donde la capacidad de sobreponerse a los errores y aprovechar los momentos decisivos demostró el crecimiento del equipo bajo el mando de Néstor Lorenzo.
