La Corte Suprema de Justicia tomó medidas drásticas para asegurar la presencia de Olmedo López en una diligencia judicial. López había decidido no asistir, argumentando que no había sido citado con suficiente antelación. En respuesta, el magistrado a cargo solicitó a la policía que condujera a López hasta su despacho.
López llegó seis horas después de la citación, escoltado por un fuerte esquema de seguridad compuesto por policías y su personal de seguridad. Al finalizar la diligencia, salió del edificio de la misma manera, por el sótano, para evitar a la prensa.
Durante la sesión, Olmedo López se mostró reticente a proporcionar detalles en el interrogatorio, alegando que no contaba con las garantías necesarias para hacerlo.
